El zinc es un mineral esencial presente en muchos alimentos. Es necesario para un montón de funciones celulares, de ahí que sea tan importante. Sin embargo, en función de la dieta que sigas o de si padeces alguna enfermedad, tus niveles de zinc podrían ser más bajos de lo deseable. Esto podría dar pie a síntomas negativos, muchos de los cuales se pueden gestionar o incluso revertir con una suplementación adecuada. Si quieres saber cuáles son las causas y las consecuencias de un déficit de zinc, ¡haz clic para seguir leyendo!
El zinc es un mineral que juega un papel muy importante en las funciones corporales. Ayuda a combatir las infecciones, genera nuevas células y crea ADN.
Se lo considera un antioxidante, por lo que protege a las células del daño oxidativo. Está involucrado en el crecimiento y desarrollo y juega un papel en el sistema inmunitario, ya que ayuda a sanar las heridas.
Podrías estar consumiendo alimentos ricos en zinc y aun así sufrir un déficit de este mineral, ya que algunos trastornos y enfermedades (p. ej. diabetes, cáncer, anemia de células falciformes, problemas gastrointestinales, alcoholismo, insuficiencia renal, etc.) pueden dificultar su absorción.
Algunos medicamentos, como los diuréticos, los antibióticos y la penicilamina, también pueden interferir en la absorción de zinc.
Durante el embarazo y la lactancia, muchos de los nutrientes se destinan al desarrollo del bebé. Por esta razón, es normal experimentar un déficit de zinc durante este periodo.
Un déficit de zinc puede hacer que se te caiga el pelo. Aunque se desconoce el nexo exacto de unión entre la falta de este mineral y la pérdida de cabello, sí se ha descubierto que quienes sufren alopecia presentan un nivel muy bajo de zinc.
El consumo oral y tópico de zinc en los estudios parece haber tenido resultados positivos en el tratamiento de la pérdida capilar. Sin embargo, el debilitamiento del cabello puede deberse a otros factores. Comprueba si presentas otros síntomas propios del déficit de zinc antes de asumir que esta es la causa del problema.
El acné también puede deberse a varios factores como el maquillaje, el consumo de ciertos alimentos, las hormonas o incluso la suciedad presente en las almohadas. Sin embargo, si has tachado todas estas posibles causas y aun así presentas problemas cutáneos, tal vez deberías comprobar si tienes un déficit de zinc.
El zinc tiene propiedades antiinflamatorias capaces de reducir el sebo y las bacterias que provocan el acné. En algunos casos, está demostrado que su consumo oral y tópico puede ayudar a combatir este problema.
Varias enfermedades crónicas se asocian al déficit de zinc, entre ellas la diabetes, la ateroesclerosis, el alzhéimer, los trastornos neurológicos y las enfermedades autoinmunes.
Esto probablemente se debe a que el zinc es lo que mantiene el sistema inmunitario en buen estado, contribuyendo al correcto crecimiento de las células. Si hay un déficit de este mineral, el organismo no puede combatir los radicales libres y los brotes inflamatorios. Estos factores se asocian con las enfermedades crónicas.
El zinc juega un papel esencial en la cicatrización de las heridas. Sin él, los cortes y rasguños pueden tardar más en sanar debido a su función en el crecimiento y la reparación celular. Un déficit de zinc también puede hacerte más susceptible a las infecciones virales o bacterianas.
Los ojos contienen un gran nivel de zinc. La retina en particular es donde se encuentra el zinc que transporta la vitamina A hasta aquí desde el hígado.
Una vez en la retina, la vitamina A genera pigmentos protectores en el ojo que juegan un papel decisivo en el mantenimiento de la vista. Una falta de zinc, por lo tanto, se puede traducir en problemas de visión.
El zinc también influye en nuestra percepción de los olores y sabores. Si tenemos un déficit, nos costará saborear la comida.
Según los estudios disponibles, quienes consumen zinc de manera oral para tratar los trastornos del sabor experimentan una mejoría de los síntomas.
Un déficit de zinc puede afectar a los oídos. En un estudio de personas con acúfeno, el 12% de los participantes presentaba una falta de este mineral.
Y por si esto fuera poco, sus síntomas eran mucho más graves que los de los otros participantes. Se cree que el zinc podría actuar como un antioxidante capaz de reducir la inflamación del oído interno (cóclea).
Los niños también pueden presentar síntomas propios del déficit de zinc. Debido a la influencia de este mineral en el desarrollo celular, su falta puede traducirse en un retraso del crecimiento.
El déficit de zinc es más común en aquellos niños que no comen o que no tienen acceso a proteína animal (una de las mejores fuentes de zinc que existen).
Los estudios demuestran que la privación de zinc induce a un comportamiento depresivo capaz de revertirse con la suplementación adecuada.
Se cree que el zinc afecta a los niveles hormonales responsables de indicarnos si tenemos hambre o si estamos llenos. El déficit de este mineral afecta a la grelina y la leptina, las hormonas de la saciedad, haciendo que tengamos menos hambre y, por lo tanto, que perdamos peso de manera inexplicable.
El zinc es esencial para la respuesta inmunitaria a los problemas intestinales. Si no tienes suficiente, podrías sufrir diarrea. Esto, a su vez, podría empeorar el déficit, ya que entorpece la correcta absorción del mineral.
Las ostras son las que más zinc contienen por ración. Otros alimentos ricos en este mineral son la carne roja, el pollo, el cerdo, el marisco, el pescado, los frutos secos y los lácteos (yogures y quesos).
Si sigues una dieta vegana restrictiva, asegúrate de consumir alubias, lentejas y pan integral para ingerir la cantidad adecuada de zinc.
Si tienes un problema de salud que te dificulte la absorción de zinc, puede que la respuesta esté en la suplementación. A poder ser, elige un suplemento que también contenga cobre, ya que la suplementación de zinc puede mermar las reservas de cobre del organismo.
Los bebés con déficit de zinc suelen presentar un crecimiento ralentizado y problemas para ganar peso. Si estás embarazada o eres madre lactante, deberías hablar con tu médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de zinc.
Tu médico probablemente querrá hacerte un análisis completo de sangre para obtener un hemograma, examinar tus electrolitos o comprobar el estado de tu tiroides para descartar otras posibles causas antes de llevar a cabo un test específico de déficit de zinc.
Los síntomas del déficit de zinc y de otros problemas de salud a veces se solapan, de ahí que sea importante descartar antes otras causas. Sin embargo, una falta leve de este mineral podría no detectarse en una analítica o incluso parecer normal a pesar de no ser el ideal. Si estás preocupado, habla con tu médico para comentárselo.
Fuentes: (Prevention) (Verywell Mind) (Healthline)
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Estos son los síntomas que apuntan a un déficit de este mineral
SALUD Déficit
El zinc es un mineral esencial presente en muchos alimentos. Es necesario para un montón de funciones celulares, de ahí que sea tan importante. Sin embargo, en función de la dieta que sigas o de si padeces alguna enfermedad, tus niveles de zinc podrían ser más bajos de lo deseable. Esto podría dar pie a síntomas negativos, muchos de los cuales se pueden gestionar o incluso revertir con una suplementación adecuada. Si quieres saber cuáles son las causas y las consecuencias de un déficit de zinc, ¡haz clic para seguir leyendo!