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Demasiada sal - "Una pizca" es una medida muy poco concreta y, además, ¿quién mide realmente la sal? No eres el/la único/a que ha cometido ese error más de una vez.
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Truco - El truco de usar una patata para absorber el exceso de sal no es realmente efectivo. Solo tienes que añadir más cantidad de ingredientes. Si están haciendo un guisado, añade más caldo y vegetales.
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Puré de patata demasiado líquido - Desafortunadamente, las patatas pegajosas son imposibles de arreglar, pero puedes transformarlas en un plato diferente.
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Añade escamas de patatas instantáneas - Calienta el puré en una cacerola, añade una cucharada de copos de patata y mézclalo bien. Deja que espese durante unos minutos y ahuécalo con un tenedor.
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Demasiado picante - No hay nada peor que percibir todos esos olores maravillosos en los que has trabajado tan duro y que, de repente, con el primer mordisco, te arda la lengua.
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Si es por la pimienta, añade algún lácteo - La caseína, un componente de productos lácteos como la nata o la mantequilla, se mezcla con aceite de capsaicina y se suaviza el picante.
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Si no tomas lácteos - Añade un poco de azúcar o una porción de mantequilla de cacahuete para apagar el fuego.
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Ajo quemado - Mucha gente empieza a cocinar poniendo el ajo en la cazuela, pero para cuando el resto de los alimentos estén cocinados, el ajo ya se habrá quemado y tendrá un mal sabor.
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Despacio - Añade el ajo más tarde y asegúrate de que la cazuela no está demasiado caliente. También puedes cambiar el ajo picado por ajo laminado, que aguanta mejor el proceso de cocinado.
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Demasiado ácido - Si tu plato tiene mucha acidez derivada del vino, el vinagre, los tomates o de los tres, puedes destrozarte el estómago, en lugar de disfrutar de la comida.
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Añade edulcorantes y bicarbonato
- La miel, la crema y las cebollas caramelizadas funcionan muy bien. También puedes probar a añadir una pizca de bicarbonato para que el plato sea más alcalino.
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Ácido de cítricos - La acidez también puede deberse a un exceso de cítricos.
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Edulcorantes - En este caso, ponle un poco de azúcar, miel o sirope de arce para neutralizarlo un poco.
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Pasta demasiado cocida - Para hacer la pasta al dente hay que ser muy hábil en la cocina, pero cuando se cuece demasiado, todavía tiene remedio.
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Mételos en agua fría y en aceite caliente - Saca la pasta del agua, ponla en un colador y pásala por agua fría y después escúrrela. Pon aceite de oliva a calentar en una cazuela y fríe la pasta un poco para que se quede al dente.
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Pasta demasiado cruda - Si te das cuenta de que la pasta está algo cruda después de haber escurrido el agua, tenemos la solución.
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Acabar de cocinarlos con la salsa - Pon la pasta en una cazuela con la salsa con la que la vayas a servir y deja que se acabe de hacer lentamente.
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Salsa con grumos - Nadie quiere echar una salsa con grumos sobre su comida, pero tiene solución.
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Usa una batidora - Saca los ingredientes más grandes (ej. champiñones, cebolla...) de la salsa y usa una batidora para licuarlos. Vuelve a unir todos los ingredientes y lava rápido la batidora para que nadie se entere.
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Demasiado dulce - El exceso de azúcar puede ser abrumador y arruinar completamente la experiencia.
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Añade aderezos ácidos o sal - Cosas como el zumo de limón y el vinagre, o una pizca de sal, pueden combatir el sabor dulce.
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La carne no se ha cocido por dentro - No cortes la carne para ver si se ha hecho por dentro. Liberarás los jugos y la carne se puede quedar seca.
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Papel de aluminio - Puedes envolver la carne en papel de aluminio o poner la parte del corte apoyada en la olla para exponer el interior al calor y seguir cocinándolo hasta que esté en el punto.
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Demasiado amargo - Cocinar con ciertas especias o verduras puede hacer que la comida se quede algo amarga.
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Añade grasas y/o azúcares - Añade una cucharilla de azúcar (como con el café), nata o incluso mantequilla para aliviar el amargor.
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Pasta pegajosa - No te comas un terrón de pasta y, por favor, tampoco recurras a las tijeras para separar ese conglomerado.
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Hierve y añade aceite - Asegúrate de que el agua está hirviendo antes de meter la pasta y remueve durante los primeros minutos para evitar que se pegue. Si la pasta se pone pegajosa en el colador, puedes echarle un chorrito de aceite de oliva para que se suelte.
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Soso - Esto puede ocurrir por muchas razones, pero es uno de los errores de cocina más fáciles de corregir.
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Sazona paso a paso - No te pases, pero si sazonas todas las capas, te asegurarás de conseguir el mejor resultado.
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Añade sal - Una pizca de sal es casi siempre la clave porque potencia todos los sabores. También puedes añadir un poquito de azúcar o un chorrito de vinagre para destacar algunas notas de sabor.
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Vuelve a la receta - Añade más hierbas y especias de lo que se suponía, pero ten cuidado con las hierbas y especias secas, que normalmente son muy fuertes.
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Carne mal cocinada - Una buena cocción requiere una superficie muy caliente.
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Inténtalo de nuevo - Si sacas la carne de la sartén antes de que esté lista, ponla en el frigorífico mientras recalientas la olla a máxima temperatura. Después, inténtalo de nuevo.
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Además, no llenes demasiado la sartén - Si la sartén está caliente pero aún así la carne no queda bien, puede deberse a que estaba demasiado apretada. Además, intenta no removerla continuamente.
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Chocolate fundido seco y grumoso - Si el chocolate está demasiado seco porque lo has calentado más de lo debido, no hay mucho que hacer. Sin embargo, si se debe a la falta de agua, puedes solucionarlo.
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Una pizca de agua - Añade una cucharada de agua hirviendo de cada vez y remueve hasta que tenga la consistencia adecuada. Eso sí: no podrás usarlo para hacer coberturas.
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Asado demasiado cocinado - Hay formas mejores de lidiar con este común error que hacer más salsa para intentar enmascarar lo seco que está.
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Deshiláchala - En lugar de eso, deshilacha la carne, mézclala con salsa barbacoa y tendrás un sabroso relleno para tus sándwiches.
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Un aro gris verdoso alrededor de los huevos hervidos - No resulta demasiado apetecible, pero está perfectamente comestible. De todas formas, ese mal aspecto se puede evitar.
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Menos tiempo, menos apretado - Para que los huevos duros estén perfectos, cuécelos en una sola capa (no apretados), cúbrelos con agua, hazla hervir, apágalo y déjalos reposar durante 15 min. Después mételos en agua helada para que dejen de cocerse.
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Comida salteada que no está crujiente - ¿Buscas ese color marroncito pero lo único que consigues es que se quede demasiado blanda? No te conformes con menos.
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La clave está en la sartén caliente - Si quieres que quede crujiente precalienta la sartén. Si la comida enfría la sartén demasiado rápido, saca los alimentos y calienta el recipiente de nuevo.
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Patatas blandas - Si las patatas fritas siempre se te quedan blandas, tenemos la solución.
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Aceite más caliente y más espacio - En primer lugar, saca todo de la freidora y ponlo en un plato cubierto de servilletas. Asegúrate de que el aceite está suficientemente caliente y de que la comida no está demasiado apretada en la sartén.
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Galletas secas y crujientes - ¿Qué puede ser peor que esperar unas galletas calentitas y sabrosas y acabar con unas duras y secas?
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Reduce el tiempo de cocción - Comprueba cómo están antes del tiempo de cocción estipulado en la receta. Sácalas del horno cuando estén blandas y levemente doradas. Se pondrán duras más tarde. No dejes que se enfríen sobre el papel vegetal.
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Ingredientes a ojo - Sí, todas las abuelas pueden permitirse hacer platos perfectos sin necesidad de medir las cantidades, pero hay ocasiones en las que es absolutamente necesario.
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Mide bien - Si vas a hacer una receta al horno, mídelo todo y presta atención a cómo lo haces. Por ejemplo, si mides la harina antes de filtrarla probablemente la medida será levemente diferente a si lo haces después.
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Arroz pastoso - El arroz poco hecho es fácil de arreglar porque solo hay que añadir más agua y cocinarlo durante un rato más, pero el arroz pegajoso puede ser más difícil de solucionar.
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Muchas cosas que evitar - No lo remuevas demasiado y no lo dejes en la cazuela cuando ya esté cocinado. Además, deja que los granos se tuesten un poco en aceite caliente antes de añadir el agua.
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Deshazte del exceso de agua
- También puedes eliminar el exceso de agua calentándolo en el horno. Si aun así no se arregla, haz arroz dulce o arroz frito. No te pierdas: Las comidas que saben mejor al día siguiente.
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Errores comunes que cometes en la cocina y cómo solucionarlos
Antes de tirarlo a la basura, lee esta galería.
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Para mucha gente, cocinar puede resultar muy desalentador. No se trata de algo que se aprenda en el colegio y, si los pequeños truquitos no pasan de generación en generación en tu familia o si no has nacido con el don, ya tienes la receta perfecta para arruinar cualquier plato.
Tal vez no sepa como esperabas o tenga una textura extraña, pero no tienes que tirarlo aún. En lugar de eso, echa un vistazo a estos consejos.
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