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Tía demasiado alegre - Se está rellenando la copa constantemente y destaca por reírse muy alto y prácticamente de cualquier cosa.

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La abuela que no sale de la cocina - Te sientes mal por lo mucho que está trabajando, pero también sabes que nadie cocina como ella.

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Adolescente aislado - Siempre lleva los auriculares puestos y tiene los ojos clavados en la pantalla. Además, rechaza activamente cualquier cosa relacionada con la familia porque eso no sería guay.

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El entrometido - Al final de la noche sabrán quién tendrá hijos y cuándo, quién sale con quién y cuánto dinero gana cada uno.

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El abuelo que se duerme en segundos - Se duermen en cualquier lugar, pero se despiertan en cuanto la comida toca la mesa.

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El universitario angustiado - Estarán en una esquina sufriendo en silencio un ataque de pánico después de haber sido bombardeados con preguntas sobre su futuro, sus estudios, su vida amorosa, etc.

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El que no sabes cómo se llama - Llevas años coincidiendo con él en las reuniones familiares y te conoce bien, pero es demasiado tarde para preguntar.

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La novedad - Es el único asistente que no forma parte de la familia y se atreve a aparecer. No sabemos cuándo los volveremos a ver. Todo dependerá de cómo vaya la noche.

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El bebé que no deja de llorar - ¿Qué sería de una reunión familiar sin un niño o dos llorando?

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El político de sofá - También son conocidos como los instigadores. Hablan como si lo supieran todo, pero lo único en lo que son expertos es en sacar de quicio a la gente.

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El primo que tiene que ser adoptado - Es la oveja negra de la familia, pero todos intentan disimularlo.

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El apreciado profesional - Esa persona que tiene un empleo muy bien pagado, aparece en un Tesla y presume de sus planes de vacaciones. Tus padres se preguntan por qué no eres como ellos.

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Los chismosos - Estas tías siempre tienen algo de lo que hablar y no tienen filtro.

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El tío que recuerda sin cesar sus mejores tiempos - Arrasaba en el instituto y no deja de recordárnoslo. Por mucho que pasen los años, te volverá a contar las mismas cinco historias y tú seguirás escuchándolas.

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El que llega tarde y se va pronto - Dicen que tienen una agenda muy apretada y, cuando se van, te das cuenta de que solo vinieron por la comida.

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El que está a dieta - Se niegan a comer o a beber nada típico de esta época y no dejan de repetir las muchas calorías que tiene todo. Expertos en matar el espíritu navideño.

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La pareja enfadada - Fingen estar bien, tal vez incluso han decidido ocultar el inminente divorcio hasta después de las fiestas, pero todos saben que algo pasa por los puñales verbales que se lanzan.

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El recién nacido - Siempre parece haber un humano en miniatura en las reuniones familiares y todos hacen cola para agarrar en brazos al pequeñín.

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El fotógrafo - Estos lo inmortalizan todo, incluso las bocas abiertas llenas de comida. Todo estará en Facebook antes de que la fiesta llegue a su fin. Ahora, ¡preparaos para la foto familiar!

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El primo salvador - Todos tenemos un primo que nos hace respirar tranquilos cuando aparece en una reunión familiar. Es como una red de seguridad en un día de locura.

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El canguro - Normalmente, es un pariente joven que se queda con los niños. Se sienta en la mesa de los pequeños y tú te sientes aliviado porque no te haya tocado a ti.

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El políticamente incorrecto - Son los responsables de algunos comentarios bastante ofensivos a los cuales solemos hacer oídos sordos para que la noche no acabe en desastre.

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El caso perdido - No tienen trabajo, ni estudios, ni casa, ni pareja y lo único estable en su vida es ese gato al que besa en la boca. A pesar de todo, lo aceptamos porque como compañero de fiesta es único.

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La tía soltera que se trae a "una amiga" - Lo sabes y ellas saben que lo sabes.

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El travieso que se ha hecho mayor -

Llevan años sin aparecer, pero de repente resurgen de la nada muy creciditos.

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El bromista - Son expertos en chistes malos, como si se pasaran el año inventando los peores para soltarlos en estas fiestas.

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El historiador - Sienten la imperiosa necesidad de contar a los niños los orígenes de estas fiestas en todas y cada una de las reuniones familiares.

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El obseso de las tradiciones - Hay que abrir los regalos a la misma hora todos los años, la comida debe ser siempre la misma y los sitios asignados a los invitados, también, etc.

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El invitado de última hora - Es el vecino solitario que alguien invitó. Suele permanecer callado hasta que de repente explica su firme opinión sobre los Illuminati.

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El ángel - Calman a los demás parientes, escuchan hasta las opiniones más descabelladas, los mantienen entretenidos e hidratados, ayudan con la loza, etc. ¿Cómo lo hacen?

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El adicto al trabajo -

Están constantemente atendiendo llamadas y enviando correos electrónicos. Viven pegados al celular. Sin embargo, nunca sabes si están trabajando duro o simplemente evitando a la familia.

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