© Shutterstock 

Esconderse -

Si tu gato normalmente es sociable y de repente empieza a esconderse de ti, puede ser señal de que algo no va bien.

© Shutterstock 

Sentirse vulnerable -

Cuando un gato no se siente bien, busca un lugar oscuro y tranquilo en el que estar solo. Lo hacen de forma instintiva.

© Shutterstock 

Letárgico -

Si está muy letárgico, puede significar que hay un problema. Es normal que duerman con frecuencia, pero si de repente se pasa más tiempo tumbado de lo normal o muestra falta de energía y desinterés por jugar, probablemente algo no va bien.

© Shutterstock

Exceso de limpieza -

Si tu gato se está lamiendo demasiado, es decir, más de lo normal para cuidar su pelaje y distribuir el olor, busca signos de irritación en la piel y pérdida de pelo.

© Shutterstock 

Problemas de piel -

Los problemas cutáneos pueden ser signo de alergias, parásitos externos u otras formas de dermatitis. Sea como fuere, es muy probable que sienta dolor e incomodidad.

© Shutterstock 

Falta de limpieza -

Por extraño que parezca, los gatos que no se sienten bien también pueden lamerse menos y dejar el pelaje revuelto o graso o incluso perder pelo.

© Shutterstock 

Cambios a la hora de hacer sus necesidades -

Tanto la diarrea como el estreñimiento son indicadores de enfermedad en los gatos. La diarrea es fácil de detectar, pero el estreñimiento no tanto. Además, el aumento de orina puede indicar que el gato tiene dificultades para mantener hidratado y puede ser síntoma de un potencial problema en el tracto urinario o renal. Por otra parte, si tu gato tiene dificultades para orinar, busca un veterinario inmediatamente, porque puede ser una urgencia médica.

© Shutterstock 

Cambios a la hora de hacer sus necesidades -

Cualquier cambio en la forma cómo tu gato usa el arenero es importante. Si empieza a hacer sus necesidades en otro lugar, algo pasa.

© Shutterstock 

Pérdida de apetito -

Cualquier cambio en el apetito o sed también es importante. La pérdida de apetito puntual puede ser normal, pero si deja de comer de repente, eso puede ser un problema. Vigila siempre sus dientes: los gatos con problemas dentales evitarán la comida.

© Shutterstock 

Aumento del apetito -

Por otra parte, el aumento de apetito también puede ser signo de preocupación. Los gatos con problemas metabólicos, como el hipertiroidismo o la diabetes, pueden mostrar un aumento de sed y apetito. No se puede pasar por alto, ya que puede producir obesidad.

© Shutterstock 

Aumento de la sed -

¿El bebedero se vacía más rápido? Como mencionamos previamente, el aumento de sed puede implicar trastornos endocrinos, como el hipertiroidismo o la diabetes. Además, los gatos con problemas renales o hepáticos a menudo pierden el apetito pero beben mucho más.

© Shutterstock 

Cambios de peso -

Los cambios de peso también son importantes. Si está perdiendo peso, podría derivar en una malnutrición. Si por el contrario, está ganando peso, el problema puede surgir a más largo plazo, pero se puede evitar con un cambio de dieta.

© Shutterstock 

Cambios en la respiración -

Si tu gato desarrolla cambios respiratorios, como respiración acelerada, ronquidos o silbidos, considéralo una emergencia veterinaria.

© Shutterstock 

Trastornos respiratorios -

Los gatos pueden sufrir diferentes problemas respiratorios, como el asma, la neumonía, el cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias.

© Shutterstock 

Otros indicadores de problemas respiratorios -

Además de los indicadores auditivos, los gatos con problemas auditivos a menudo intenta alargar más el cuello, levantar la cabeza y mantener la boca abierta, porque tal vez tengan dificultad para respirar en una posición normal.

© Shutterstock 

Mal aliento - El mal aliento es signo de problemas dentales. Un problema de halitosis leve indica que hay que revisarle los dientes. Si es más fuerte, sería un indicador de algo peor.

© Shutterstock

Problemas orales -

Tu gato no es inmune a las infecciones orales. En la boca hay muchas bacterias que pueden migrar al resto del cuerpo si existen cortes o lesiones no tratadas. Y cuanto peor huela, más grave será el problema.

© Shutterstock 

Secreciones en ojos y nariz -

Los ojos llorosos y el goteo nasal pueden ser síntoma de problemas respiratorios, tal vez solo una gripe común. Los síntomas incluyen estornudos, goteo nasal y tos. Puede debilitarlo bastante y, en algunos casos, podría contagiar a otros gatos. Si el problema persiste, consulta a un veterinario.

© Shutterstock 

Postura encorvada -

Si ves que de un día para otro muestra una postura más encorvada, tal vez sufra dolor en el abdomen. Si ves que persiste, es hora de visitar al veterinario.

© Shutterstock

Aumento de ruídos -

Un gato que tiene dolor o está incómodo maullará con más frecuencia y más fuerte para transmitir su malestar. Generalmente, si maúlla durante más de 36 horas, hay que buscar una solución.

© Shutterstock 

Cambios en la personalidad -

Según los gatos van envejeciendo, se vuelven menos juguetones y les gusta tumbarse al sol todo el día. Sin embargo, si de repente se vuelve agresivo o poco amigable, puede haber problemas psicológicos y deberías consultar a un veterinario.

© Shutterstock 

Asustado -

Si un gato muy feliz y confiado de repente se vuelve tímido y asustadizo, busca a un veterinario experto en comportamiento.

© Shutterstock 

Estrés -

Los síntomas de un gato estresado incluyen un cambio de comportamiento y rutinas, hacer sus necesidades fuera del arenero y arañar los muebles.

© Shutterstock 

Movilidad limitada -

Los felinos suelen ser activos y curiosos por naturaleza. Sin embargo, a tu gato le cuesta subir a su rincón favorito, podría sufrir una lesión o ser señal de artritis.

© Shutterstock 

Hinchazón -

Nunca ignores la hinchazón o las protuberancias en el cuerpo de tu gato. Podría ser una herida interna o un tumor. Acude al veterinario en cuanto puedas.

© Shutterstock

Problemas auditivos -

Cualquier residuo o secreción del oído debe tratarse como potencialmente grave. Una infección de oído es muy incómoda para los gatos y, si empeora, puede causar un dolor considerable. Además, vale la pena señalar que la sordera congénita hereditaria en los gatos se ve casi exclusivamente en los felinos de pelo blanco.

© Shutterstock 

Sordera en gatos -

Además de no responder a su nombre o al ruido de los objetos cotidianos, un gato sordo es propenso a la vocalización fuerte y excesiva y, a menudo, mostrará una necesidad imperiosa de que lo abracen y lo acaricien.

© Shutterstock 

Situaciones de emergencia -

Si tu gato sufre un traumatismo grave, llévalo inmediatamente al veterinario más cercano. Del mismo modo, si de repente se queda completamente inmóvil, cae inconsciente o no responde, ve a las urgencias veterinarias.

© Shutterstock 

Cuidado de tu gato -

Otros problemas que exigen una respuesta de emergencia incluyen convulsiones, mareos y desorientación, dolor intenso, temperatura alta y cualquier sangrado profuso.

Fuentes: (VCA) (International Cat Care) (Cats Protection)

© Shutterstock