Inés de Castro: La trágica historia de amor de una reina póstuma -

Si te gustan los romances trágicos como 'Romeo y Julieta', esto te agradará. La historia de amor existente entre Inés de Castro y el rey Pedro I de Portugal es la mayor tragedia romántica. Y es parcialmente real, según los libros de historia. Un amor prohibido, muerte, enemistades familiares y una reina póstuma: lo tiene todo para una buena historia, ¿verdad?

Haz clic en la galería para descubrir el fascinante romance entre Pedro e Inés.

© Getty Images

¿Quién era Inés de Castro? -

Nació en 1320 o 1325 en Galicia, España. Era hija ilegítima del noble gallego Pedro Fernández de Castro y de una señora portuguesa, Aldonça Lourenço de Valadares.

© Getty Images

Origen -

Inés de Castro pasó parte de su infancia en el castillo de Albuquerque (en España, cerca de la frontera portuguesa), hasta que se convirtió en empleada de Constanza Manuel, que estaba comprometida con el príncipe de Portugal, Don Pedro.

© Shutterstock

D. Pedro se enamora de la dama gallega -

Pedro se enamoró rápidamente de Inés de Castro, que llegó a Évora como parte de la comitiva de Constanza, que se había casado con D. Pedro.

© Getty Images

D. Constanza -

No hace falta decir que Constanza no estaba contenta con la aventura. Así que, en un intento por hacer que la relación de Inés con Don Pedro fuese incestuosa, la invitó a ser la madrina de su hija.

© Getty Images

Movimiento del rey -

El padre de D. Pedro, el rey de Portugal D. Afonso IV, exilió a Inés de Castro a la frontera española en 1344, para cortar la relación.

© Public Domain

Muerte de Constanza -

Cuando Constanza murió, Pedro e Inés asumieron su relación y se fueron a vivir al palacio que había junto al convento de Santa Clara, al lado del río Mondego y Quinta das Lágrimas (foto).

© Getty Images

El hogar de Pedro e Inés -

El palacio lo construyó la abuela de D. Pedro, doña Isabel, que más tarde sería canonizada con el nombre de Santa Isabel de Portugal.

© Public Domain

Oportunidad política -

Los hermanos de doña Inés de Castro, que eran nobles poderosos, intentaron seducir a D. Pedro con la posibilidad de subirse al trono de Castilla y León, que sería un día del hijo de Pedro e Inés.

© Shutterstock

D. Afonso IV se puso a la defensiva -

El padre de D. Pedro, que no quería poner en riesgo la independencia de Portugal, estaba convencido, gracias a sus consejeros, de que la única forma de evitar la catástrofe era separar a Pedro y a Inés de una vez por todas.

© Getty Images

Tribunal -

Aprovechando la ausencia de Pedro, se celebró un juicio en Montemor-o-Velho, en el que se condenó a doña Inés a pena capital.

© Public Domain

Muerte -

D. Afonso IV, junto a Pêro Coelho, Álvaro Gonçalves, Diogo Lopes Pacheco y otros hombres, ejecutaron a doña Inés de Castro el 7 de enero de 1355.

© Public Domain 

La reacción de D. Pedro -

D. Pedro reaccionó de forma violenta a la muerte de su amada e instigó una guerra civil contra su padre, que solo terminó cuando su madre, reina de Portugal, intervino.

© Public Domain 

D. Pedro sube al trono -

D. Pedro subió al trono en 1357. En 1360, reconoció a su hijo diciendo que se había casado en secreto con doña Inés, en 1354, en Bragança. Esto convertía a doña Inés en reina de Portugal.

© Getty Images

Larga vida a la reina -

D. Pedro pidió que construyesen tumbas para él y para Inés en el monasterio de Alcobaça.

© Getty Images

Larga vida a la reina -

Ordenó que los restos de Inés se trasladasen desde el convento de Santa Clara, en Coimbra, al monasterio de Alcobaça.

© Getty Images

Larga vida a la reina -

D. Pedro I ordenó que todas las clases (clero, nobleza y plebeyos) rindiesen homenaje a la reina muerta durante una procesión funeraria.

© Getty Images

Coronación póstuma -

Quizás la parte más famosa de la historia de Pedro e Inés sea su ceremonia de coronación como reina muerta.

© BrunoPress

Coronación póstuma -

El cuerpo de doña Inés fue exhumado, le pusieron un vestido real, la sentaron en el trono y la coronaron.

© Getty Images

Coronación póstuma -

D. Pedro I ordenó a todos los nobles del reino que besasen la mano de su reina póstuma y le rindiesen homenaje.

© Public Domain

Coronación póstuma -

Gran parte de esta historia está inmortalizada de numerosas formas y se cree que es real, pero no hubo pruebas de la ceremonia de coronación hasta el siglo XVI.

© Public Domain 

Vengándose de los asesinos de Inés -

Dos de los asesinos, Pêro Coelho y Álvaro Gonçalves, fueron capturados y ejecutados.

© Getty Images

Vengándose de los asesinos de Inés -

Cuenta la leyenda que D. Pedro les arrancó el corazón a uno por el pecho y al otro por la espalda. ¡Algunas versiones de la historia dicen que el rey lo hizo él mismo!

© Shutterstock

Vengándose de los asesinos de Inés -

Pero la cosa empeora. Otras versiones de la historia dicen que el rey se dio un banquete mientras veía la ejecución y que después dio un mordisco a los corazones.

© Getty Images

Vengándose de los asesinos de Inés -

D. Pedro supuestamente dijo que dos hombres que habían matado a una mujer inocente no podían tener corazón.

© Public Domain

Vengándose de los asesinos de Inés -

Diogo Lopes Pacheco, quien se las había arreglado para escapar a Francia, fue perdonado por D. Pedro en su lecho de muerte.

© Getty Images

Trágica historia de amor -

La historia de amor de Pedro e Inés, la primera y última reina póstuma de Portugal, ha sido inmortalizada en arte visual y literatura desde entonces.

© Getty Images

Fonte das Lágrimas -

La leyenda cuenta que el agua de la fuente donde Inés murió está hecha de sus lágrimas. Se dice que su sangre tiñe el agua y que su fantasma aún vaga por allí en ocasiones.

Fuentes: (Fundação Inês de Castro)

© Public Domain