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Descubre qué tipo de cabello tienes - En primer lugar, descubre cuál es un tipo de cabello. Los diferentes tipos de cabello requieren un tratamiento diferente, por lo que es importante conocer bien el tuyo.

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Descubre qué tipo de cabello tienes -

Trata de pasar unos días el cabello completamente natural (es decir, sin productos). Observa si es aceitoso o seco, ondulado o recto cuando está en su forma natural.

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Lávate el cabello solo cuando sea necesario -

Es un error común pensar que debemos lavarnos el cabello todos los días. Pero dependiendo de tu tipo de cabello, un par de veces a la semana debería ser suficiente.

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Lávate el cabello solo cuando sea necesario -

Lo mejor es lavarte el cabello cuando está sucio, no solo por costumbre. Como regla general, el cabello fino y liso debe lavarse con más frecuencia que el cabello grueso y rizado.

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Evita el agua caliente -

Por tentador que sea, no es una buena idea lavarte el cabello con agua caliente, ya que puede despojar al cabello de los aceites protectores que actúan como acondicionador natural.

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Evita el agua caliente -

Trata de lavarte el cabello con agua tibia, como máximo. Esto ayudará a que el cabello mantenga su brillo natural.

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Cepíllate el cabello cuando esté húmedo -

Es posible que hayas escuchado que no debes cepillarte el cabello mientras está mojado, ya que esto puede causar roturas. Esto es absolutamente cierto, pero hay una alternativa.

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Cepíllate el cabello cuando esté húmedo -

Si usas un peine de dientes anchos para resolver esos nudos después de la ducha, debes evitar cualquier riesgo de daño. Empieza por la parte inferior de tu cabello y avanza hacia arriba.

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Sécate el cabello con aire caliente -

Otra forma segura de dañar tu cabello es exponerlo al calor excesivo. Trata de dejar que tu cabello se seque de al aire siempre que sea posible.

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Sécate el cabello con aire caliente -

Si es absolutamente necesario usar un secador de pelo (tal vez tengas prisa), intenta usar uno con opción de aire frío.

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Córtate las puntas con regularidad -

Córtate las puntas regularmente para mantener las puntas abiertas bajo control y evitar que tu cabello se vea poco saludable.

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Córtate las puntas con regularidad -

Lo ideal sería que te cortaras el cabello cada tres meses más o menos. Si tu cabello es particularmente propenso a las puntas abiertas, podrías cortarlo cada seis semanas.

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No te toques el cabello -

Esto es más fácil de decir que de hacer, pero es importante que no te toques el cabello constantemente. Esto solo agregará aceite a tu cabello y hará que se vea grasiento.

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No te toques el cabello -

Si te resulta particularmente difícil no jugar con tu cabello, puedes pensar en hacerte un corte de cabello que lo mantenga alejado de tu rostro.

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Evita los tintes -

Es de conocimiento común que los tintes para el cabello contienen muchos productos químicos agresivos que, si se usan en exceso, dañarán permanentemente tu cabello.

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Evita los tintes -

Lo mejor es seguir con tu color natural, si puedes. Si realmente quieres teñirte el cabello, intenta hacerlo con poca frecuencia.

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Protege el cabello del sol -

El sol puede dañar el cabello de la misma manera que puede dañar la piel. Puede volverse muy seco, especialmente si tu cabello está teñido.

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Protege el cabello del sol - Cuando estés al sol durante un período prolongado, usa un pañuelo para la cabeza, un sombrero o un aerosol protector para el cabello que contenga SPF.

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Evita apretarlo mucho -

Si tienes el cabello largo, puede ser muy conveniente, incluso necesario, atarte el cabello en algunas ocasiones. Esto está bien, siempre y cuando no lo aprietes demasiado.

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Evita apretarlo mucho - Atar el cabello demasiado apretado puede causar roturas. Deja el cabello holgado y trata de evitar doblarlo durante el día, si puedes.

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Utiliza remedios naturales -

Hay cientos, si no miles, de productos que puedes comprar para mejorar la calidad de tu cabello y su salud. A menudo, sin embargo, lo mejor lo tienes en casa.

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Utiliza remedios naturales -

Desde el aceite de oliva hasta el té, hay muchos productos básicos de cocina que se pueden usar para hacer una mezcla casera rápida para el cabello.

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Escoge el champú apropiado -

Asegúrate de elegir el champú adecuado. Hay muchas opciones por ahí y la marca de la peluquería no siempre es la mejor.

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Escoge el champú apropiado -

En lugar de preocuparte por el precio del champú que planeas comprar, intenta asegurarte de que sea adecuado para tu tipo de cabello (por ejemplo, para el cabello dañado o quebradizo).

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Utiliza acondicionador -

De nuevo, tal vez resulte obvio, pero no olvides acondicionar tu cabello. Aplicar el acondicionador adecuado ayuda a hidratar el cabello y restaurar sus aceites naturales.

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Utiliza acondicionador -

Asegúrate de elegir también un acondicionador adecuado para tu tipo de cabello. Evita aplicarlo en las raíces cuando sea posible, ya que esto puede hacer que el cabello se engrase.

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Utiliza protección contra el calor -

Como se mencionó anteriormente, es mejor no aplicar calor en absoluto a tu cabello si puedes evitarlo. La realidad es, por supuesto, que es posible que necesites algunas herramientas de estilo en algún momento.

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Utiliza protección contra el calor -

Si vas a usar la plancha o el rizador, asegúrate de aplicar un suero protector contra el calor antes de usarlos.

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Usa un acondicionador profundo -

Si tienes el cabello dañado, puede ser una buena idea aplicar un acondicionador profundo al menos una vez a la semana para repararlo.

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Usa un acondicionador profundo -

Los acondicionadores profundos también se conocen como "mascarillas para el cabello" y hay muchas opciones, según tu tipo de cabello.

Fuentes: (WikiHow)

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