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La ciudad medieval
- La Edad Media o medievo duró, aproximadamente, desde finales del siglo V hasta finales del XV. Ya en el siglo X, la población europea había aumentado drásticamente, lo que hizo que las ciudades como París (en la imagen) experimentasen un crecimiento exponencial.
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El centro del comercio
- Londres, sin embargo, pasó a ser el centro del comercio europeo. Cerca de 80.000 ciudadanos se agolpaban dentro de las antiguas murallas romanas.
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Una casa típica
- El Londres medieval era un laberinto de callejuelas. Las casas, la mayoría hechas de madera, también eran estrechas y alcanzaban, como máximo, las cuatro plantas de altura.
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3 / 30 Fotos
Condiciones básicas
- Las condiciones de las viviendas eran básicas y ofrecían muy pocas comodidades que hoy en día consideramos esenciales.
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4 / 30 Fotos
Un estilo de vida perjudicial
- Los habitantes, al vivir tan juntos en espacios tan estrechos, probablemente olerían de todo menos bien. Los piojos y las moscas, sin duda, estarían encantados.
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5 / 30 Fotos
Falta de higiene personal
- Pocos se molestaban en asearse con regularidad y en tener más de un conjunto. Básicamente, la noción de la higiene personal no existía.
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6 / 30 Fotos
Los ríos eran vertederos
- Los habitantes del Londres medieval, al igual que los de París, Venecia y otras ciudades europeas, se servían de los ríos para abastecerse de agua dulce y cubrir sus necesidades... Pero también para deshacerse de cualquier tipo de desechos. Básicamente, el agua debía de ser absolutamente nauseabunda.
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7 / 30 Fotos
El uso de letrinas
- Muy pocas ciudades medievales tenían algo parecido a un sistema subterráneo de alcantarillado. El saneamiento era algo que se reservaba para los ricos.
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8 / 30 Fotos
Desperdicio comunal
- Para deshacerse de los excrementos, se utilizaban fosas sépticas. Si no se disponía de ellas, el río era el lugar perfecto para hacer de vientre.
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9 / 30 Fotos
Detritus
- Cruzarse con cuerpos en descomposición por el río era algo habitual, así como con cadáveres de perros y gatos.
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10 / 30 Fotos
Sobrecarga de excrementos
- Se estima que en una ciudad medieval con una población de 10.000 habitantes se generaban unos 900.000 litros de excrementos y cerca de 3 millones de litros de orina al año. ¡Y a todo esto también había que sumarle los excrementos de los caballos y el ganado!
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11 / 30 Fotos
La "vida urbana" medieval
- De hecho, las calles eran un lugar tan bueno como cualquier otro para arrojar excrementos. Las personas solían tirar el contenido de sus bacinillas por las ventanas o, casi peor, entrañas de animales.
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12 / 30 Fotos
Un trabajo, literalmente, sucio
- De vez en cuando, algunas personas tenían la poco envidiable labor de retirar los excrementos de las letrinas y las fosas sépticas. A pesar de sus esfuerzos, muchos de los desechos acababan en el río.
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13 / 30 Fotos
La dieta medieval
- Los guisos de ternera y cordero y las verduras como la col y el puerro eran la base de la dieta medieval. El abastecimiento de carne, sin embargo, contribuía enormemente a la falta de higiene de las ciudades.
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14 / 30 Fotos
Mataderos y carniceros
- Los mataderos eran famosos por la suciedad que generaban. Si bien los líquidos corporales y el pelo podían limpiarse con agua, las cabezas y las entrañas de los animales simplemente se tiraban a la calle. Por otro lado, los carniceros a veces hacían el trabajo de los mataderos y también tiraban las partes que no necesitaban o que no podían vender a unas alcantarillas ya colapsadas.
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Curtidurías
- El proceso de curtir pieles para producir cuero era muy popular en la Europa medieval. Y sí, lo has adivinado: también era asqueroso. Para curtir las pieles se utilizaba una peligrosa mezcla de cal alcalina, orina, excrementos de perro e incluso cerebros de animales machacados.
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Mercados al aire libre
- Los mercados al aire libre atraían a cientos de personas y eran espacios donde la higiene también brillaba por su ausencia. Los lugares como el mercado Billingsgate de Londres estaban plagados de basura, pescado podrido, moscas y excrementos de animales. Sobra decir que toda la mercancía se manipulaba y entregaba sin que nadie se lavase las manos.
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17 / 30 Fotos
Contaminación del aire
- Los negocios tradicionales como la herrería tampoco contribuían, ya que de las forjas salían todo tipo de gases tóxicos que contaminaban el aire.
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Ahumaderos
- Y, para colmo, los ahumaderos desprendían un humo enfermizo que se adhería a todas las superficies, dejando un olor permanente.
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19 / 30 Fotos
Humo y ceniza
- El mero hecho de cocinar con fuego ya generaba una gran cantidad de humo y ceniza capaz de ensombrecer el mismo Sol.
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Caldo de cultivo para las enfermedades
- Para sorpresa de nadie, estas ciudades no tardaron en ser pasto de la enfermedad. La muerte estaba muy presente en el medievo, ya que el índice de mortalidad se disparaba en las urbes, sobre todo entre los infantes, lo que suponía un grave problema para quienes tenían que deshacerse de los cuerpos. La putrefacción y la falta de espacios adecuados para enterrar los cadáveres hacían que la muerte fuese un asunto peligroso para los vivos.
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21 / 30 Fotos
Trabajar en entornos contaminados
- La incapacidad de los médicos para lidiar con las heridas comunes hizo que los cirujanos empezasen a tomar medidas desesperadas para diagnosticar y tratar hasta las enfermedades más leves, lo que no hacía más que contaminar el entorno.
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22 / 30 Fotos
Aire pútrido
- Los insectos, parásitos y microbios proliferaban y creaban "miasmas", es decir, un aire pútrido invisible o en forma de niebla.
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23 / 30 Fotos
Serias amenazas para la salud
- La difteria, el sarampión, la tuberculosis, la lepra, el tifus, el ántrax y la viruela estaban a la orden del día en esta época. Pero la Europa medieval no estaba preparada para la que se le venía encima...
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24 / 30 Fotos
Ratas
- Las ciudades europeas estaban infestadas de ratas, las cuales portaban pulgas que acabaron por desatar uno de los mayores estragos jamás vividos en territorio europeo: la peste negra.
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25 / 30 Fotos
Síntomas preocupantes
- La gente pronto empezó a tener fiebre alta, escalofríos, dolores de cabeza y debilidad. La tos, los vómitos y los mareos también estaban entre los síntomas de la enfermedad.
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26 / 30 Fotos
La peste negra
- Pronto, millones de personas sucumbieron ante esta pandemia que asoló Europa.
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27 / 30 Fotos
Las ciudades se convirtieron en cementerios
- Muchas zonas de ciudades como Londres, París y Colonia se convirtieron en lugares de entierro.
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28 / 30 Fotos
El gran incendio de Londres
- En 1666, un terrible incendio asoló gran parte de Londres. Irónicamente, esta tragedia hizo que la ciudad pasase a ser un lugar más limpio y seguro. Su renacimiento sirvió de inspiración para muchas otras urbes europeas. Fuentes: ('The History of London') (University of California Press) Ver también: ¿Cómo sobrevivía la gente al invierno en la Edad Media?
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La ciudad medieval
- La Edad Media o medievo duró, aproximadamente, desde finales del siglo V hasta finales del XV. Ya en el siglo X, la población europea había aumentado drásticamente, lo que hizo que las ciudades como París (en la imagen) experimentasen un crecimiento exponencial.
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El centro del comercio
- Londres, sin embargo, pasó a ser el centro del comercio europeo. Cerca de 80.000 ciudadanos se agolpaban dentro de las antiguas murallas romanas.
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Una casa típica
- El Londres medieval era un laberinto de callejuelas. Las casas, la mayoría hechas de madera, también eran estrechas y alcanzaban, como máximo, las cuatro plantas de altura.
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Condiciones básicas
- Las condiciones de las viviendas eran básicas y ofrecían muy pocas comodidades que hoy en día consideramos esenciales.
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4 / 30 Fotos
Un estilo de vida perjudicial
- Los habitantes, al vivir tan juntos en espacios tan estrechos, probablemente olerían de todo menos bien. Los piojos y las moscas, sin duda, estarían encantados.
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5 / 30 Fotos
Falta de higiene personal
- Pocos se molestaban en asearse con regularidad y en tener más de un conjunto. Básicamente, la noción de la higiene personal no existía.
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6 / 30 Fotos
Los ríos eran vertederos
- Los habitantes del Londres medieval, al igual que los de París, Venecia y otras ciudades europeas, se servían de los ríos para abastecerse de agua dulce y cubrir sus necesidades... Pero también para deshacerse de cualquier tipo de desechos. Básicamente, el agua debía de ser absolutamente nauseabunda.
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El uso de letrinas
- Muy pocas ciudades medievales tenían algo parecido a un sistema subterráneo de alcantarillado. El saneamiento era algo que se reservaba para los ricos.
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8 / 30 Fotos
Desperdicio comunal
- Para deshacerse de los excrementos, se utilizaban fosas sépticas. Si no se disponía de ellas, el río era el lugar perfecto para hacer de vientre.
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Detritus
- Cruzarse con cuerpos en descomposición por el río era algo habitual, así como con cadáveres de perros y gatos.
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Sobrecarga de excrementos
- Se estima que en una ciudad medieval con una población de 10.000 habitantes se generaban unos 900.000 litros de excrementos y cerca de 3 millones de litros de orina al año. ¡Y a todo esto también había que sumarle los excrementos de los caballos y el ganado!
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La "vida urbana" medieval
- De hecho, las calles eran un lugar tan bueno como cualquier otro para arrojar excrementos. Las personas solían tirar el contenido de sus bacinillas por las ventanas o, casi peor, entrañas de animales.
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12 / 30 Fotos
Un trabajo, literalmente, sucio
- De vez en cuando, algunas personas tenían la poco envidiable labor de retirar los excrementos de las letrinas y las fosas sépticas. A pesar de sus esfuerzos, muchos de los desechos acababan en el río.
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13 / 30 Fotos
La dieta medieval
- Los guisos de ternera y cordero y las verduras como la col y el puerro eran la base de la dieta medieval. El abastecimiento de carne, sin embargo, contribuía enormemente a la falta de higiene de las ciudades.
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14 / 30 Fotos
Mataderos y carniceros
- Los mataderos eran famosos por la suciedad que generaban. Si bien los líquidos corporales y el pelo podían limpiarse con agua, las cabezas y las entrañas de los animales simplemente se tiraban a la calle. Por otro lado, los carniceros a veces hacían el trabajo de los mataderos y también tiraban las partes que no necesitaban o que no podían vender a unas alcantarillas ya colapsadas.
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15 / 30 Fotos
Curtidurías
- El proceso de curtir pieles para producir cuero era muy popular en la Europa medieval. Y sí, lo has adivinado: también era asqueroso. Para curtir las pieles se utilizaba una peligrosa mezcla de cal alcalina, orina, excrementos de perro e incluso cerebros de animales machacados.
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16 / 30 Fotos
Mercados al aire libre
- Los mercados al aire libre atraían a cientos de personas y eran espacios donde la higiene también brillaba por su ausencia. Los lugares como el mercado Billingsgate de Londres estaban plagados de basura, pescado podrido, moscas y excrementos de animales. Sobra decir que toda la mercancía se manipulaba y entregaba sin que nadie se lavase las manos.
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Contaminación del aire
- Los negocios tradicionales como la herrería tampoco contribuían, ya que de las forjas salían todo tipo de gases tóxicos que contaminaban el aire.
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18 / 30 Fotos
Ahumaderos
- Y, para colmo, los ahumaderos desprendían un humo enfermizo que se adhería a todas las superficies, dejando un olor permanente.
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Humo y ceniza
- El mero hecho de cocinar con fuego ya generaba una gran cantidad de humo y ceniza capaz de ensombrecer el mismo Sol.
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20 / 30 Fotos
Caldo de cultivo para las enfermedades
- Para sorpresa de nadie, estas ciudades no tardaron en ser pasto de la enfermedad. La muerte estaba muy presente en el medievo, ya que el índice de mortalidad se disparaba en las urbes, sobre todo entre los infantes, lo que suponía un grave problema para quienes tenían que deshacerse de los cuerpos. La putrefacción y la falta de espacios adecuados para enterrar los cadáveres hacían que la muerte fuese un asunto peligroso para los vivos.
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21 / 30 Fotos
Trabajar en entornos contaminados
- La incapacidad de los médicos para lidiar con las heridas comunes hizo que los cirujanos empezasen a tomar medidas desesperadas para diagnosticar y tratar hasta las enfermedades más leves, lo que no hacía más que contaminar el entorno.
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Aire pútrido
- Los insectos, parásitos y microbios proliferaban y creaban "miasmas", es decir, un aire pútrido invisible o en forma de niebla.
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23 / 30 Fotos
Serias amenazas para la salud
- La difteria, el sarampión, la tuberculosis, la lepra, el tifus, el ántrax y la viruela estaban a la orden del día en esta época. Pero la Europa medieval no estaba preparada para la que se le venía encima...
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24 / 30 Fotos
Ratas
- Las ciudades europeas estaban infestadas de ratas, las cuales portaban pulgas que acabaron por desatar uno de los mayores estragos jamás vividos en territorio europeo: la peste negra.
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25 / 30 Fotos
Síntomas preocupantes
- La gente pronto empezó a tener fiebre alta, escalofríos, dolores de cabeza y debilidad. La tos, los vómitos y los mareos también estaban entre los síntomas de la enfermedad.
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26 / 30 Fotos
La peste negra
- Pronto, millones de personas sucumbieron ante esta pandemia que asoló Europa.
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27 / 30 Fotos
Las ciudades se convirtieron en cementerios
- Muchas zonas de ciudades como Londres, París y Colonia se convirtieron en lugares de entierro.
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28 / 30 Fotos
El gran incendio de Londres
- En 1666, un terrible incendio asoló gran parte de Londres. Irónicamente, esta tragedia hizo que la ciudad pasase a ser un lugar más limpio y seguro. Su renacimiento sirvió de inspiración para muchas otras urbes europeas. Fuentes: ('The History of London') (University of California Press) Ver también: ¿Cómo sobrevivía la gente al invierno en la Edad Media?
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Ciudades medievales: descubre cuán insalubres eran realmente
No fue una época precisamente impoluta
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Calles llenas de heces humanas y entrañas animales, ríos rebosantes de cadáveres, un aire cargado de microbios mortales y un olor nauseabundo a muerte y putrefacción: ¡bienvenido a una ciudad medieval estándar! La vida urbana en la Edad Media era increíblemente sucia y apestosa. La superpoblación, unida a una falta total de servicios públicos y a un entorno absolutamente antihigiénico, era el caldo de cultivo perfecto para la enfermedad. Sin embargo, aunque por todos es sabido que la higiene brillaba por su ausencia, ¿por qué era tan terrible y peligroso vivir en una ciudad medieval? Si quieres saberlo, respira hondo y aventúrate en esta galería.
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