Los hongos no son ni plantas ni animales, pero tienen reino propio. Son cruciales para descomponer las materias muertas, regenerar el suelo, dar vida a innumerables organismos y puede que para garantizar nuestra propia supervivencia en el planeta. Cuando hablamos de hongos nos solemos imaginar las setas y champiñones que tanto nos gusta comer, pero la parte más interesante se encuentra bajo tierra y se llama micelio. Se trata de una red de "raíces" que recorren el subsuelo y que tienen unas propiedades increíbles para combatir el cambio climático, los residuos plásticos, la polución, la explotación animal, los derrames petroleros, la radioactividad, etc. Si quieres saber más, ¡sigue leyendo!
La revolución silenciosa: cómo los hongos están cambiando el destino de nuestro planeta
Tienen el potencial para acabar con los residuos plásticos, los derrames petroleros, el exceso de carbono y mucho más
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