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¿Qué es el optimismo? -

El optimismo se basa en sentir que lo bueno está por venir y en que todo va a salir bien.

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Esperanza en el futuro -

La palabra también hace referencia a la esperanza y la confianza en el futuro.

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Un cambio de mentalidad -

Una forma muy sencilla de ser más optimista es adoptar un cambio de mentalidad. Por ejemplo, en lugar de quejarte por tener que ir al trabajo, piensa "tengo la suerte de tener un trabajo". El optimismo también se basa en reconocer tu privilegio y no dar nada por sentado. ¿Cuáles son los otros síntomas?

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Las características clave -

Los optimistas creen que lo bueno aún está por venir.

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Solo lo mejor -

Creer que todo saldrá bien también es un rasgo muy propio de los optimistas.

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Los obstáculos no existen -

Los optimistas ven los desafíos y los obstáculos como oportunidades para aprender.

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Ver el lado bueno de las cosas -

Es más, ¡los optimistas creen que no hay mal que por bien no venga!

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Gratitud -

Los optimistas también suelen sentirse profundamente agradecidos por las cosas buenas de sus vidas.

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Posibilidades -

Y siempre buscan formas de aprovechar al máximo las oportunidades.

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El futuro está lleno de oportunidades -

De hecho, el futuro de los optimistas siempre está lleno de posibilidades... O eso creen ellos.

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¿Medio lleno o medio vacío? -

Donde los optimistas ven un vaso medio lleno, los pesimistas lo ven medio vacío. ¿Quién tiene razón?

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Optimismo vs. pesimismo -

Una persona optimista ve cosas buenas en todas partes, mientras que una pesimista se centra principalmente en los aspectos negativos de todo lo que le rodea.

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Optimismo, pesimismo y realismo -

Sin embargo, una investigación publicada por Psychology Today demuestra que "moderar una disposición positiva con una pequeña dosis de realismo o incluso pesimismo puede ser la mejor forma de desarrollar la resiliencia y alcanzar los objetivos vitales".

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El sesgo del optimismo -

De hecho, ser demasiado optimista puede ser perjudicial, ya que puede poner en peligro los proyectos e incluso la propia salud, dicen los expertos. Ignorar la posibilidad de que ocurran cosas negativas puede dar lugar a una visión distorsionada de la realidad. A este fenómeno se lo conoce como el sesgo del optimismo.

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¿El optimismo es bueno para el cerebro? -

Una vez dicho esto, ¿es el optimismo bueno para el cerebro? ¡Sin duda! La materia gris puede beneficiarse enormemente de una actitud positiva.

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Contrarresta los efectos negativos -

El optimismo reduce el estrés, activa la producción de dopamina y previene la depresión.

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El bienestar físico y mental -

Al influir en la mente, el optimismo mejora el bienestar promoviendo un estilo de vida saludable. Esto se traduce en que los optimistas tienden a vivir más que los pesimistas.

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Hombres vs. mujeres: ¿quién es más propenso a ser optimista? -

¿Cómo se mide el optimismo en hombres y mujeres? Algunas de las respuestas son muy interesantes.

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La brecha del optimismo de género -

Según Trajectory, los hombres y las mujeres comparten el mismo nivel de optimismo por lo general. Esto no quiere decir, sin embargo, que no haya diferencias de género respecto a las cosas ante las que se muestran optimistas. Por ejemplo, los hombres suelen tener una actitud más positiva hacia el futuro de la economía.

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La unión hace la fuerza -

Las mujeres, por el contrario, suelen mostrarse menos optimistas en cuanto a la seguridad mundial, asegura la American Counseling Association. Para contrarrestar el pesimismo, sin embargo, creen que la unión hace la fuerza, por lo que se muestran más optimistas que los hombres gracias a sus relaciones cercanas.

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Cuando no salen las cuentas -

Curiosamente, las diferencias de género desaparecen en cuanto hay dificultades económicas. De hecho, los factores sociales y financieros que dictan el optimismo suelen tener los mismos efectos en hombres y mujeres durante los periodos de recesión.

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Cómo practicar el optimismo -

¿Y tú? ¿Eres un pesimista que busca ser optimista? Al parecer, tener una actitud positiva ante la vida se debe en parte a la genética.

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Niveles de optimismo -

Los estudios apuntan a que la genética determina alrededor del 25% de los niveles de optimismo. Si bien el estatus socioeconómico influye, quienes poseen ciertos recursos o características psicológicas pueden apañárselas mejor en situaciones complicadas. No te desanimes: esto no significa que no puedas trabajar para mejorar tu actitud.

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Cultiva la consciencia plena -

Cultivar la consciencia plena puede ayudarte a ser más optimista, ya que te permite centrarte en el presente y prestar atención a lo que te rodea.

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Expresa gratitud -

Como ya hemos dicho antes, quienes se sienten agradecidos suelen tener una actitud más positiva y resiliente ante la adversidad.

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Escribe un diario -

Escribir un diario es una forma estupenda de plasmar tus emociones en papel. Anotar pensamientos positivos puede fomentar el optimismo.

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Optimismo adquirido -

A veces es posible desarrollar algo que se conoce como "optimismo adquirido", un concepto psicológico según el cual podemos cambiar nuestra actitud si reconocemos y contrarrestamos los pensamientos negativos que tenemos sobre nosotros mismos.

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Acabando con las dudas y la desesperación -

Poner esto en práctica permite a los pesimistas aprender a ser optimistas. Es otra forma de plantar cara a las dudas y la desesperación que puedes tener en la vida.

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Pensamiento positivo -

Si quieres ir un paso más allá, analiza los aspectos de tu vida en los que crees que puedes ser más optimista y trabaja por tener mejores hábitos y una forma de pensar más positiva.

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Un mundo más positivo -

El dolor y el pesimismo son omnipresentes, de ahí que sea tan importante encontrar un equilibrio saludable entre las actitudes positivas y las negativas.

Fuentes: (Psychology Today) (American Psychological Association) (BBC) (ScienceDirect) (Trajectory) (American Counseling Association) (NBC News) (National Institutes of Health) (Positive Psychology)

Ver también: El test que te dice si tienes una buena o mala actitud ante la vida (y qué hacer al respecto)

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