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El cerebro de los ancianos deja de funcionar -

Es cierto que la memoria se deteriora con el tiempo y que algunas personas mayores sufren graves trastornos cognitivos, pero decir que todos los ancianos son olvidadizos es una generalización.

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Los ancianos no pueden conducir -

Muchos creen que los ancianos no están capacitados para conducir. La realidad, sin embargo, es que solo uno de cada siete no tiene las facultades necesarias para hacerlo.

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Se sienten viejos -

Según un estudio del Pew Research Center realizado en 2009, el 60% de los ancianos se sentían más jóvenes a medida que envejecían. Básicamente, la edad es solo un número.

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No pueden dejar los malos hábitos -

Aunque muchos crean que los mayores son incapaces de cambiar, lo cierto es que muchos consiguen dejar de fumar o mejorar su dieta, por ejemplo. Dichos cambios también les ayudan a llevar un estilo de vida más saludable.

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Necesitan menos horas de sueño -

A medida que envejecemos, hay quienes empiezan a tener problemas para conciliar el sueño y dormir del tirón, pero eso no quiere decir que necesiten menos horas de descanso. Al igual que los adultos, los ancianos deberían dormir entre siete y nueve horas cada noche.

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Son infelices -

Este es un mito bastante extendido. Sin embargo, muchos estudios demuestran que las personas tienden a ser más felices a partir de los 50.

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Son débiles y frágiles -

Si bien es cierto que algunos ancianos padecen enfermedades crónicas o tienen problemas de densidad ósea, pueden mantenerse sanos y en forma con unos buenos hábitos alimentarios, ejercicio regular con pesas y un estilo de vida saludable.

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Cuando eres mayor dejas de aprender cosas nuevas -

Al contrario: muchos ancianos aprovechan el tiempo libre para descubrir aficiones, conocer a otras personas y dedicarse a nuevos pasatiempos.

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Los ancianos no se relacionan con sus familiares -

Cuando sus hijos ya son mayores e independientes, los ancianos son más felices de lo que muchos se piensan. De hecho, quienes tienen nietos y familia extensa suelen disfrutar mucho de su compañía.

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Los ancianos no tienen interés por el sexo o la intimidad física -

Si bien algunos ancianos experimentan problemas físicos o emocionales que pueden afectar a su habilidad para tener o disfrutar del sexo, muchos de ellos pueden tratarse y superarse. De hecho, el New Jersey Institute for Successful Aging constató que el 60% de las personas mayores siguen pudiendo disfrutar de un contacto íntimo y sexual frecuente.

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Los ancianos se aíslan -

Algunos ancianos recluidos experimentan un aislamiento preocupante, pero suelen ser la excepción y no la regla. Hay muchos programas e instalaciones que les permiten disfrutar de la compañía de otras personas, así como de clases y pasatiempos recreativos.

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La genética es la única responsable del envejecimiento -

Si bien algunos factores genéticos pueden influir en el desarrollo de ciertas enfermedades, el envejecimiento suele guardar una mayor relación con el estilo de vida de cada persona. Quienes tienen hábitos perjudiciales son más propensos a sufrir enfermedades crónicas que aquellos que se cuidan. La dieta, el ejercicio y la exposición a las toxinas también influyen.

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La artritis es inevitable cuando se es mayor -

La edad puede hacer que las articulaciones se resientan. No obstante, según los National Institutes of Health de los EE. UU., solo la mitad de todas las personas con más de 65 años sufre osteoartritis, la forma más común de artritis.

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Solo las mujeres sufren osteoporosis -

Aunque la osteoporosis es más común en las mujeres, esta enfermedad también afecta a muchos hombres. A los 65-70 años, ambos pierden masa ósea al mismo ritmo.

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Los ancianos no son creativos -

Las actividades creativas como la pintura, la actuación o las manualidades pueden ayudar a los mayores a sentirse menos solos y más positivos. Esto también demuestra que los ancianos pueden ser creativos y beneficiarse de ello.

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Los ancianos ganan peso porque su metabolismo se ralentiza -

Si bien es cierto que el metabolismo se ralentiza durante la vejez, no todos los ancianos ganan peso. La clave está en llevar una dieta saludable y en hacer ejercicio.

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Los ancianos son malhumorados -

Los estudios demuestran que los mayores se vuelven más confiados y bondadosos a medida que envejecen. Quienes se pasan los días malhumorados suelen sufrir declive cognitivo, demencia, depresión o aislamiento.

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Los ancianos se arrepienten de muchas cosas -

A medida que envejecemos, tendemos a reflexionar más sobre nuestra vida. Hay quienes se lamentan y quienes se sienten más agradecidos. Los estudios demuestran que la mayoría de ancianos tiende a hacer lo segundo. Este es un factor clave para sentirse más feliz y satisfecho, ya que la gratitud puede influir enormemente en la disposición de la persona.

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Las cremas antiarrugas combaten el envejecimiento -

¿Funcionan todas esas cremas que se anuncian en televisión? Depende. Existen algunos productos y tratamientos dermatológicos que pueden exfoliar las capas superficiales de la piel y hacer que parezca más lisa, pero el efecto es temporal. Lo que sí puedes hacer es proteger tu piel dejando de fumar, bebiendo agua y poniéndote protección solar.

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Los ancianos no tienen dinero -

Según un informe del Congressional Research Service, "el índice de pobreza entre los estadounidenses de 65 años o más se ha reducido en casi un 70% en las últimas cinco décadas". Sin embargo, muchos perciben un salario o una pensión fija que no acompaña la inflación, lo que puede suponer un problema.

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Es normal que los ancianos tengan depresión -

Aunque algunos ancianos pueden sufrir depresión, los estudios demuestran que son menos propensos a desarrollarla que los jóvenes.

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Los ancianos no sirven para trabajar -

Incluso después llegar a la edad de jubilación, muchos mayores deciden seguir trabajando para disfrutar de los beneficios sociales y emocionales que el empleo ofrece. ¡Y son igual de productivos que los jóvenes!

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Los ancianos son vagos -

La mayoría de ancianos son de todo menos vagos y aburridos. Los estudios demuestran que cerca de la mitad le dedica tiempo a una afición cada día. Al contrario de lo que se cree, muchos prefieren mantenerse ocupados.

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Todos los ancianos sufren demencia -

Aunque el riesgo de demencia aumenta con la edad, no es algo que afecte a todos los ancianos. De hecho, muchos de ellos llegan a los 90 sin muestras significativas de deterioro mental o conductual.

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Los ancianos deberían evitar el deporte para no lastimarse -

A medida que envejecemos, podemos pensar que el ejercicio nos hace más mal que bien. Sin embargo, los estudios demuestran que la actividad física puede ayudarnos a cuidar de nuestro cuerpo y nuestra mente y, por lo tanto, a llevar mejor la vejez.

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Si un familiar tiene alzhéimer, tú también lo heredarás -

La probabilidad de desarrollar alzhéimer aumenta si ha habido otros casos en la familia, ya que algunos genes pueden favorecer su aparición. Sin embargo, tener un padre o una madre con esta enfermedad no quiere decir que sus hijos también la vayan a padecer.

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Los ancianos no saben tomar buenas decisiones sobre asuntos importantes -

Las habilidades cognitivas se basan en la experiencia y la educación de toda una vida. Los ancianos deberían poder tomar decisiones relativamente a su salud, finanzas, etc. siempre y cuando estén capacitados para ello.

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Los ancianos pueden dejar de medicarse cuando su tensión arterial baje o vuelva a la normalidad -

Si tomas medicamentos para regular la hipertensión y tu presión arterial disminuye, significa que están surtiendo efecto. Sin embargo, es importante continuar el tratamiento y los cuidados a largo plazo.

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La ciencia lo sabe todo sobre la vejez -

Lo cierto es que aún queda mucho por aprender respecto al envejecimiento. A medida que la esperanza de vida aumenta, irán surgiendo nuevas incógnitas que necesitarán respuestas.

Fuentes: (National Institute on Aging) (Harvard Pilgrim Health Care) (AgingCare)

Ver también: ¿Tienes miedo a envejecer? Te contamos cómo superarlo

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