





























VER TAMBIÉN
VER DE NUEVO
© Shutterstock
0 / 30 Fotos
Tienes demasiada fe en la gente
- No es que no debas confiar en nadie (eso también sería un problema), pero no asumas que los demás van a velar por ti y tus intereses. Los humanos tendemos a preocuparnos primero por nosotros mismos.
© Shutterstock
1 / 30 Fotos
No confías en tu instinto
- Cuando sientas que algo no anda bien, presta atención a lo que te dice tu instinto.
© Shutterstock
2 / 30 Fotos
No piensas en las consecuencias de tus actos
- Todos los actos tienen sus consecuencias. Pueden ser buenas o malas, pero ignorarlas podría costarte tu libertad o incluso tu vida.
© Shutterstock
3 / 30 Fotos
Intentas complacer a los demás a costa de tu bienestar
- No hay nada de malo en ser agradable con los demás, pero eso no quiere decir que debas complacerles contantemente. Si siempre dejas a un lado tu bienestar en pro del de los otros, ¡adivina quién saldrá perdiendo!
© Shutterstock
4 / 30 Fotos
No aceptas tus limitaciones
- Todos tenemos la capacidad de hacer cosas asombrosas, pero eso no quiere decir que siempre lo hagamos todo bien. Si sigues persiguiendo un sueño inalcanzable, acabarás perdiendo el tiempo. Es importante ser realista y conocer tus limitaciones.
© Shutterstock
5 / 30 Fotos
Das las cosas por sentado sin preguntar
- Sí, todos lo hacemos hasta cierto punto, pero eso no quiere decir que sea algo bueno. Actuar en base a presuposiciones en vez de hechos factuales puede acarrearte problemas. Si no preguntas, acabarás teniendo más de un malentendido.
© Shutterstock
6 / 30 Fotos
Reaccionas en vez de responder
- Una reacción repentina y desmedida puede causar mucho daño. Sé paciente, escucha todo lo que la otra persona tiene que decir y date tiempo para procesarlo. Responde solo cuando hayas hecho todo esto en vez de saltar a la mínima.
© Shutterstock
7 / 30 Fotos
Ignoras las señales de alerta
- Esto puede aplicarse a muchas cosas, desde amistades hasta relaciones románticas. Párate un momento a analizar la situación para identificar las señales de alerta y ganar perspectiva.
© Shutterstock
8 / 30 Fotos
Vives anclado en el pasado
- El pasado forma parte de nuestra vida, pero como el propio nombre indica, no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Lo mejor que podemos hacer es aceptarlo y pasar página.
© Shutterstock
9 / 30 Fotos
No te cuidas
- Muchos ignoramos nuestra salud... Hasta que la cosa se pone fea. Es importante cuidar de nosotros mismos y no esperar a que algo malo nos ocurra para ponernos manos a la obra. ¡Puede ser demasiado tarde!
© Shutterstock
10 / 30 Fotos
Nunca sales de tu zona de confort
- La zona de confort es sinónimo de seguridad, pero no de crecimiento o seguridad. Haz un esfuerzo por salir de tu burbuja o puede que algún día te arrepientas de no haber arriesgado más.
© Shutterstock
11 / 30 Fotos
Tomas decisiones importantes sin pensar
- Puede que casarte en Las Vegas con alguien que acabas de conocer te parezca romántico y espontáneo, pero no es una decisión muy inteligente que se diga...
© Shutterstock
12 / 30 Fotos
Tomas decisiones importantes sin pensar
- Las grandes decisiones como el matrimonio deben sopesarse con detenimiento. Son cosas que debes abordar de forma lógica y racional, no dejándote llevar por los impulsos o los caprichos.
© Shutterstock
13 / 30 Fotos
Solo te relacionas con quienes piensan como tú
- A todos nos gusta estar con gente que valore nuestra opinión, pero no hay que perder de vista que no todo el mundo piensa lo mismo (y no pasa nada). En lugar de sentirte ofendido por quienes no comparten tus mismos valores, acepta que existen.
© Shutterstock
14 / 30 Fotos
Te haces la víctima
- Culpar a los demás de tus desgracias no hará que te sientas mejor. A nadie le gusta escuchar quejas ajenas. A la gente buena a veces le pasan cosas malas (o muy malas), pero eso no quiere decir que debas lamentarte o echarle la culpa a los otros.
© Shutterstock
15 / 30 Fotos
Finges ser alguien que no eres
- Si finges ser alguien que no eres solo para sentirte aceptado, vivirás una mentira. ¡No lo hagas!
© Shutterstock
16 / 30 Fotos
Pides ayuda pero nunca la ofreces
- Si tienes la suerte de contar con personas que no dudan en echarte un cable cuando lo necesitas, siéntete agradecido. ¡Y no te olvides de devolverles el favor!
© Shutterstock
17 / 30 Fotos
No gestionas bien el dinero
- Si quieres sobrevivir, necesitas dinero, así que toma mejores decisiones económicas si no quieres acabar malviviendo. Si lo gastas como si no hubiese un mañana en cosas banales y superficiales, solo conseguirás arruinarte.
© Shutterstock
18 / 30 Fotos
Te justificas en vez de pedir perdón
- A veces es necesario reconocer los errores y pedir disculpas. Hay ciertos comportamientos que simplemente no se justifican. Si has metido la pata, reconócelo y pide perdón.
© Shutterstock
19 / 30 Fotos
Corres riesgos innecesarios
- Una cosa es no arriesgar nunca y otra muy diferente correr riesgos innecesarios, como conducir después de haber bebido o no ponerte protección solar cuando vas a la playa.
© Shutterstock
20 / 30 Fotos
Eres infantil
- ¿Alguna vez te han dicho que madures? Puede que tu comportamiento infantil fuese la razón. Si actúas como un niño en vez de como un adulto, te estarás haciendo un flaco favor a ti mismo.
© Shutterstock
21 / 30 Fotos
Hablas mal de los demás
- "Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada". ¿Te suena? A veces, el silencio es preferible a estar chismorreando. No seas ese tipo de persona en la que no se puede confiar porque no sabe tener la boca cerrada.
© Shutterstock
22 / 30 Fotos
Hablas demasiado de ti mismo
- Una cosa es hablar de tu vida privada con gente de confianza y otra muy diferente ir contándole secretos a tus compañeros de trabajo o a la primera persona con la que te cruzas. Quienes no te conocen bien pueden acabar usando esa información en tu contra.
© Shutterstock
23 / 30 Fotos
No piensas por ti mismo
- El comportamiento gregario es inherente a los humanos, pero eso no quiere decir que no tengas la capacidad para pensar por ti mismo y en lo que consideras correcto (por mucho que eso pueda incomodar a otras personas). Si sigues ciegamente a los demás, puede que acabes arrepintiéndote de tus actos.
© Shutterstock
24 / 30 Fotos
Ignoras los inconvenientes
- Hasta que se convierten en problemas. Si necesitas solucionar algo, no lo pospongas. De lo contrario solo te complicarás la vida.
© Shutterstock
25 / 30 Fotos
Te insensibilizas
- Hay personas que se ven sobrepasadas por sus sentimientos y recurren al alcohol, el entretenimiento, etc. para abstraerse. A veces, sin embargo, es necesario sentir y expresar las emociones que experimentamos. ¡Es parte de la naturaleza humana!
© Shutterstock
26 / 30 Fotos
Te comparas con los demás
- Todo hacemos esto hasta cierto punto, pero acosar a los demás constantemente en redes sociales y comparar su vida a la tuya no sirve de nada.
© Shutterstock
27 / 30 Fotos
No dedicas tiempo a conocerte a ti mismo
- Sacar tiempo para conocerse a uno mismo es muy importante. Muchas personas pasan toda la vida sin saber quiénes son en realidad.
© Shutterstock
28 / 30 Fotos
Te precipitas
- Hay quienes no piensan demasiado antes de actuar, ya sea en el terreno emocional o en algo más banal como irse de compras. Como te podrás imaginar, esto puede tener graves consecuencias. Fuentes: (A Conscious Rethink) (Thought Catalog) (YourTango) No te pierdas: Complejos psicológicos: ¿qué son y cómo afectan a tu vida?
© Shutterstock
29 / 30 Fotos
© Shutterstock
0 / 30 Fotos
Tienes demasiada fe en la gente
- No es que no debas confiar en nadie (eso también sería un problema), pero no asumas que los demás van a velar por ti y tus intereses. Los humanos tendemos a preocuparnos primero por nosotros mismos.
© Shutterstock
1 / 30 Fotos
No confías en tu instinto
- Cuando sientas que algo no anda bien, presta atención a lo que te dice tu instinto.
© Shutterstock
2 / 30 Fotos
No piensas en las consecuencias de tus actos
- Todos los actos tienen sus consecuencias. Pueden ser buenas o malas, pero ignorarlas podría costarte tu libertad o incluso tu vida.
© Shutterstock
3 / 30 Fotos
Intentas complacer a los demás a costa de tu bienestar
- No hay nada de malo en ser agradable con los demás, pero eso no quiere decir que debas complacerles contantemente. Si siempre dejas a un lado tu bienestar en pro del de los otros, ¡adivina quién saldrá perdiendo!
© Shutterstock
4 / 30 Fotos
No aceptas tus limitaciones
- Todos tenemos la capacidad de hacer cosas asombrosas, pero eso no quiere decir que siempre lo hagamos todo bien. Si sigues persiguiendo un sueño inalcanzable, acabarás perdiendo el tiempo. Es importante ser realista y conocer tus limitaciones.
© Shutterstock
5 / 30 Fotos
Das las cosas por sentado sin preguntar
- Sí, todos lo hacemos hasta cierto punto, pero eso no quiere decir que sea algo bueno. Actuar en base a presuposiciones en vez de hechos factuales puede acarrearte problemas. Si no preguntas, acabarás teniendo más de un malentendido.
© Shutterstock
6 / 30 Fotos
Reaccionas en vez de responder
- Una reacción repentina y desmedida puede causar mucho daño. Sé paciente, escucha todo lo que la otra persona tiene que decir y date tiempo para procesarlo. Responde solo cuando hayas hecho todo esto en vez de saltar a la mínima.
© Shutterstock
7 / 30 Fotos
Ignoras las señales de alerta
- Esto puede aplicarse a muchas cosas, desde amistades hasta relaciones románticas. Párate un momento a analizar la situación para identificar las señales de alerta y ganar perspectiva.
© Shutterstock
8 / 30 Fotos
Vives anclado en el pasado
- El pasado forma parte de nuestra vida, pero como el propio nombre indica, no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Lo mejor que podemos hacer es aceptarlo y pasar página.
© Shutterstock
9 / 30 Fotos
No te cuidas
- Muchos ignoramos nuestra salud... Hasta que la cosa se pone fea. Es importante cuidar de nosotros mismos y no esperar a que algo malo nos ocurra para ponernos manos a la obra. ¡Puede ser demasiado tarde!
© Shutterstock
10 / 30 Fotos
Nunca sales de tu zona de confort
- La zona de confort es sinónimo de seguridad, pero no de crecimiento o seguridad. Haz un esfuerzo por salir de tu burbuja o puede que algún día te arrepientas de no haber arriesgado más.
© Shutterstock
11 / 30 Fotos
Tomas decisiones importantes sin pensar
- Puede que casarte en Las Vegas con alguien que acabas de conocer te parezca romántico y espontáneo, pero no es una decisión muy inteligente que se diga...
© Shutterstock
12 / 30 Fotos
Tomas decisiones importantes sin pensar
- Las grandes decisiones como el matrimonio deben sopesarse con detenimiento. Son cosas que debes abordar de forma lógica y racional, no dejándote llevar por los impulsos o los caprichos.
© Shutterstock
13 / 30 Fotos
Solo te relacionas con quienes piensan como tú
- A todos nos gusta estar con gente que valore nuestra opinión, pero no hay que perder de vista que no todo el mundo piensa lo mismo (y no pasa nada). En lugar de sentirte ofendido por quienes no comparten tus mismos valores, acepta que existen.
© Shutterstock
14 / 30 Fotos
Te haces la víctima
- Culpar a los demás de tus desgracias no hará que te sientas mejor. A nadie le gusta escuchar quejas ajenas. A la gente buena a veces le pasan cosas malas (o muy malas), pero eso no quiere decir que debas lamentarte o echarle la culpa a los otros.
© Shutterstock
15 / 30 Fotos
Finges ser alguien que no eres
- Si finges ser alguien que no eres solo para sentirte aceptado, vivirás una mentira. ¡No lo hagas!
© Shutterstock
16 / 30 Fotos
Pides ayuda pero nunca la ofreces
- Si tienes la suerte de contar con personas que no dudan en echarte un cable cuando lo necesitas, siéntete agradecido. ¡Y no te olvides de devolverles el favor!
© Shutterstock
17 / 30 Fotos
No gestionas bien el dinero
- Si quieres sobrevivir, necesitas dinero, así que toma mejores decisiones económicas si no quieres acabar malviviendo. Si lo gastas como si no hubiese un mañana en cosas banales y superficiales, solo conseguirás arruinarte.
© Shutterstock
18 / 30 Fotos
Te justificas en vez de pedir perdón
- A veces es necesario reconocer los errores y pedir disculpas. Hay ciertos comportamientos que simplemente no se justifican. Si has metido la pata, reconócelo y pide perdón.
© Shutterstock
19 / 30 Fotos
Corres riesgos innecesarios
- Una cosa es no arriesgar nunca y otra muy diferente correr riesgos innecesarios, como conducir después de haber bebido o no ponerte protección solar cuando vas a la playa.
© Shutterstock
20 / 30 Fotos
Eres infantil
- ¿Alguna vez te han dicho que madures? Puede que tu comportamiento infantil fuese la razón. Si actúas como un niño en vez de como un adulto, te estarás haciendo un flaco favor a ti mismo.
© Shutterstock
21 / 30 Fotos
Hablas mal de los demás
- "Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada". ¿Te suena? A veces, el silencio es preferible a estar chismorreando. No seas ese tipo de persona en la que no se puede confiar porque no sabe tener la boca cerrada.
© Shutterstock
22 / 30 Fotos
Hablas demasiado de ti mismo
- Una cosa es hablar de tu vida privada con gente de confianza y otra muy diferente ir contándole secretos a tus compañeros de trabajo o a la primera persona con la que te cruzas. Quienes no te conocen bien pueden acabar usando esa información en tu contra.
© Shutterstock
23 / 30 Fotos
No piensas por ti mismo
- El comportamiento gregario es inherente a los humanos, pero eso no quiere decir que no tengas la capacidad para pensar por ti mismo y en lo que consideras correcto (por mucho que eso pueda incomodar a otras personas). Si sigues ciegamente a los demás, puede que acabes arrepintiéndote de tus actos.
© Shutterstock
24 / 30 Fotos
Ignoras los inconvenientes
- Hasta que se convierten en problemas. Si necesitas solucionar algo, no lo pospongas. De lo contrario solo te complicarás la vida.
© Shutterstock
25 / 30 Fotos
Te insensibilizas
- Hay personas que se ven sobrepasadas por sus sentimientos y recurren al alcohol, el entretenimiento, etc. para abstraerse. A veces, sin embargo, es necesario sentir y expresar las emociones que experimentamos. ¡Es parte de la naturaleza humana!
© Shutterstock
26 / 30 Fotos
Te comparas con los demás
- Todo hacemos esto hasta cierto punto, pero acosar a los demás constantemente en redes sociales y comparar su vida a la tuya no sirve de nada.
© Shutterstock
27 / 30 Fotos
No dedicas tiempo a conocerte a ti mismo
- Sacar tiempo para conocerse a uno mismo es muy importante. Muchas personas pasan toda la vida sin saber quiénes son en realidad.
© Shutterstock
28 / 30 Fotos
Te precipitas
- Hay quienes no piensan demasiado antes de actuar, ya sea en el terreno emocional o en algo más banal como irse de compras. Como te podrás imaginar, esto puede tener graves consecuencias. Fuentes: (A Conscious Rethink) (Thought Catalog) (YourTango) No te pierdas: Complejos psicológicos: ¿qué son y cómo afectan a tu vida?
© Shutterstock
29 / 30 Fotos
Autosabotaje: ¿eres tu peor enemigo? Descúbrelo aquí
¿Haces estas cosas?
© <p>Shutterstock</p>
Muchos de nosotros nos movemos por la vida sin darnos cuenta de las cosas hasta que ya es demasiado tarde. Algunas elecciones y comportamientos tienen repercusiones muy negativas, pero no siempre los identificamos. Aun así, las consecuencias suelen ser lo suficientemente graves como para interferir en nuestra felicidad y satisfacción y, en algunos casos, incluso para arruinarnos por completo. Si quieres saber de qué hablamos, ¡haz clic para descubrirlo!
RECOMENDADO PARA TI




































Lo más leído
- ÚLTIMo día
- HORA
- SEMANA
© 2025 Stars Insider. Todos los derechos reservados.