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Cómo se manifiesta -

Los adultos que acosan a otros casi siempre lo hacen de forma no física. Sin embargo, hay casos en los que sí llegan a agredir a sus víctimas. En lo que al abuso entre adultos se refiere, quienes lo perpetran suelen dividirse en cinco categorías.

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Acosador con tendencias narcisistas -

Un acosador adulto con tendencias narcisistas puede ser tan egocéntrico que simplemente ignora las necesidades de quienes están a su alrededor. Cuando escoge acosar a otras personas, suele hacerlo motivado por la falta de empatía o el miedo a las consecuencias de sus acciones. Suele tener problemas de autoestima que pueden llevarle a humillar a los demás de forma compulsiva.

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Acosador impulsivo -

Este tipo de abusador tiende a cometer un acoso esporádico e incontrolado. A veces se mete con otros adultos cuando está estresado o pasando por un mal momento (lo cual, obviamente, no es ninguna excusa).

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Acosador físico -

El acosador físico suele golpear, patear, abofetear o agredir de cualquier otra manera a sus víctimas. También puede atosigarles, robarles o destruir sus pertenencias. Un acosador físico puede tener dificultad a la hora de gestionar sus enfados u otros problemas de naturaleza psicológica.

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Acosador verbal -

Los acosadores verbales suelen actuar de forma pasivo-agresiva. Algunos de ellos difunden rumores, cuchichean sobre otros o usan sus palabras para herir a las víctimas.

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Acosador secundario -

Los acosadores secundarios son aquellos que presencian las acciones de otros y deciden unirse para evitar ser las próximas víctimas. Por lo general, suelen tener miedo de confrontar estas actitudes.

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Cómo lidiar con los acosadores -

Si estás siendo víctima de acoso, hay ciertas cosas que puedes hacer para protegerte. Recuerda que este comportamiento es inaceptable y que, por lo tanto, no tienes que tolerarlo.

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Pon distancia de por medio - Si trabajas con tu acosador, adopta medidas preventivas para no estar con él más tiempo del estrictamente necesario.

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Busca ayuda - Refúgiate en tus amigos y familiares y plantéate buscar ayuda psicológica si lo necesitas.

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Recopila pruebas del acoso - Documenta todos los casos de acoso, represalias e intimidación que sufras por si necesitas presentar pruebas más adelante para denunciar la situación.

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Trabaja tu autoestima -

Reforzar tu autoestima puede ayudarte a lidiar con el acosador. Escribir y meditar pueden ser algunas formas de trabajar en ello.

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Habla con el acosador - Incluso puedes intentar abordar el problema hablando directamente con el acosador, pero siempre es buena idea que tengas a otra persona cerca si lo haces.

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Habla con RR. HH. -

Si el acoso tiene lugar en el trabajo, habla con tu jefe o con RR. HH.

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Mírale a los ojos -

El contacto visual puede ser importante, ya que los acosadores tienen aún menos empatía cuando no pueden mirar a su víctima a la cara o a los ojos.

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Asume que es probable que no cambie - Hazte a la idea de que no vas a poder cambiar su actitud si la otra persona no pone de su parte. Sin embargo, si lo haces, puede que logres revertir la situación (pero no su personalidad).

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Escoge tus batallas -

Escoger cómo reaccionar depende de la gravedad del comportamiento del acosador. Si no es excesivo o perjudicial, puede que con poner distancia de por medio sea suficiente. Por lo tanto, si la situación no es tan negativa, mide tus reacciones.

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Ten una red de apoyo -

Asegúrate de tener una red de apoyo que empatice contigo, te proteja y pueda servir como testigo si es necesario.

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Si puedes, mantente lejos de él -

Si trabajas en una oficina, pide cambiar de mesa para alejarte del acosador o para limitar el contacto con él lo máximo posible.

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Intenta no entrar al trapo - Cuando hables con él, sé lo más breve posible con tus respuestas y reacciones. A veces lo único que buscan los acosadores es provocar a sus víctimas.

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Piensa en tu lenguaje corporal - Cuando lidies con tu acosador, mantén un lenguaje corporal fuerte y positivo para no perder la confianza.

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No llegues a las manos - Evita la violencia física y verbal a toda costa. Si te dejas llevar por el enfado, podrías incluso acabar perdiendo el trabajo.

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No te lo tomes como algo personal -

Puede que esto sea difícil, pero intenta no tomártelo como algo personal. Los acosadores no suelen tener solo una víctima.

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Qué hacer si eres testigo de acoso -

Hay varias cosas que los testigos pueden hacer. Para empezar, utilizar el humor para reencauzar la conversación.

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Pregunta -

Cuestiona el comportamiento del acosador para redirigir la conversación. Pedirle a alguien que justifique su actitud puede ayudarle a ver lo mucho que se equivoca.

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Recuerda que la unión hace la fuerza -

Los testigos pueden intervenir como grupo para mostrar su desaprobación hacia el comportamiento del acosador.

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Haz compañía a la víctima -

Camina junto a la víctima para disuadir al acosador.

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Muéstrale tu apoyo - Habla en privado con la víctima para demostrarle que te importa y hacerle saber que no apruebas el comportamiento del acosador. De esa forma le demostrarás que le apoyas.

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Qué hacer si eres el acosador -

Muchos acosadores tienen un trasfondo de violencia doméstica u otras formas de abuso que les hicieron pasar por una infancia traumática. Por lo tanto, si este es tu caso, plantéate ir a terapia.

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La repercusión del acoso en la salud mental -

Aunque no seas la víctima, las investigaciones demuestran que presenciar casos de acoso en el trabajo está asociado con un mayor riesgo de desarrollar depresión. En el caso de las víctimas, estas pueden acabar padeciendo insomnio, paranoia y una mayor ansiedad.

Fuentes: (Verywell Mind) (Psychology Today) 

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