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Antigua Grecia: capnomancia -

Los antiguos griegos usaban el humo para predecir el futuro. La práctica, denominada capnomancia, consistía en sacrificar un animal, quemarlo y observar el humo.

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Antigua Grecia: capnomancia -

Una fina columna de humo era un buen augurio, mientras que si el humo ondeaba se consideraba un mal presagio. Si el humo tocaba el suelo, entonces significaba que algo catastrófico estaba a punto de ocurrir.

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Antigua Grecia: cledonismancia -

La cledonismancia consistía en predecir el futuro mediante la escucha de palabras y sucesos fortuitos.

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Antigua Grecia: cledonismancia -

Es decir, las personas acudían a templos como el de Hermes Agoreo y hacían una pregunta. Después, se iban tapándose los oídos y solo se los destapaban al salir. Las primeras palabras que le oyesen decir a alguien serían la respuesta a su pregunta.

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Antigua Grecia: amniomancia -

El color y la consistencia de la membrana amniótica de los recién nacidos también se analizaban para predecir el futuro. El rojo o morado se consideraban un buen augurio, pero los colores tenues eran un mal presagio.

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Antigua Grecia: necromancia -

Recurrir a los muertos para predecir el futuro es una práctica que se remonta a los albores de la humanidad. Los antiguos griegos realizaban un rito conocido como necuia para invocar a los fallecidos y preguntarles sobre el futuro.

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Antigua Grecia: necromancia -

Estos ritos solían realizarse en templos conocidos como necromantíos donde se creía que se encontraban las puertas al Hades (inframundo). En la imagen se puede ver el Necromantío del Aqueronte.

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Antigua Grecia: hidromancia -

Los antiguos griegos también eran muy partidarios de usar agua para adivinar el futuro. Un método muy popular consistía en arrojar un guijarro al agua e interpretar las ondas que se formaban.

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Antigua Grecia: hidromancia -

Otro método requería el uso de un mendrugo. Este se tiraba al agua y se le hacía una respuesta a la deidad de turno para que esta respondiese con un sí o un no. Si el pan se hundía, la respuesta era un sí. De lo contrario, era un no.

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Antigua Roma: gallinas -

Ahora, adentrémonos en la antigua Roma. ¿Cómo se preparaban los romanos para ir a la batalla? ¡Con gallinas! No entrenando con ellas, claro, sino utilizándolas para conocer el desenlace del enfrentamiento.

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Antigua Roma: gallinas -

Los romanos se llevaban sus gallinas sagradas consigo por todo el mundo. Uno de los métodos que empleaban consistía en esparcir algunos granos y soltarlas para ver qué hacían. Si se daban prisa en comerlos, se interpretaba como una victoria. Si las gallinas se resistían a salir, significaba que los romanos se retirarían de la batalla.

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Antigua Roma: gallinas -

El comandante romano Claudio Pulcro llevó a cabo este ritual mientras se preparaba para enfrentarse a los cartagineses en la costa de Sicilia en el 249 a.C. Las gallinas no salieron y él, en un arrebato de ira, las tiró por la borda. Los cartagineses acabaron ganando la batalla.

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Antigua Roma: gallinas -

Otro método empleado para predecir el futuro era crear una especie de güija dibujando un círculo con letras y colocando un grano en cada una de ellas. A medida que las gallinas los picoteaban, iban "escribiendo" un mensaje.

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Antigua Grecia: aruspicina -

La aruspicina consistía en leer el futuro en las entrañas de los animales sacrificados. El vidente tenía en cuenta el color, la forma, la textura y el tamaño de las vísceras para emitir su presagio.

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Antigua Grecia: aruspicina -

Al igual que en la antigua Grecia, los romanos usaban animales con fines adivinatorios. El arúspice, como su propio nombre indica, era el encargado del rito de la aruspicina.

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Antigua Roma: antropomancia -

Al arúspice también se le encargaba otra arte adivinatoria más siniestra conocida como antropomancia que consistía en lo mismo que la aruspicina... Pero con un sacrificio humano.

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Antigua Roma: antropomancia -

Este método consistía en abrirle el pecho a una persona aún viva y en extraerle los órganos en un orden específico. La forma y el color de cada uno, así como el sangrado y los gritos de la víctima, se interpretaban como augurios. Se dice que Heliogábalo, emperador del siglo III, era muy partidario de la antropomancia.

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Antigua Grecia: marcas de nacimiento -

Por suerte o por desgracia, las marcas de nacimiento siempre han tenido muchas interpretaciones en función de la cultura. Por ejemplo, los antiguos griegos creían que nacer con una marca en la frente era signo de liderazgo.

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Antigua Grecia: marcas de nacimiento -

Los hombres y mujeres con marcas de nacimiento en los labios estaban condenados a ser "glotones". Si estas se encontraban en las manos, se creía que la persona tendría muchos hijos.

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Antigua Grecia: marcas de nacimiento -

Las marcas de nacimiento en la nariz se interpretaban de manera distinta en función de si la persona era un hombre o una mujer. En el caso de los hombres, significaba que se convertirían en viajeros. En el de las mujeres, que tendrían pies malolientes.

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Antigua Roma: orina -

Analizar el color, el olor y el sabor de la orina era otra forma que los romanos tenían de predecir el futuro. De hecho, era una práctica muy extendida en el mundo antiguo.

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Antigua Roma: brontomancia -

La adivinación basada en la observación de los truenos y las tormentas se conoce como brontomancia y era uno de los métodos preferidos por los romanos. Cuando había tormenta, los augures escudriñaban el cielo en busca de buenos y malos augurios (truenos a la izquierda versus truenos a la derecha, por ejemplo).

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Antigua Roma: brontomancia -

El día de la semana en el que ocurría la tormenta también tenía un significado especial. Por ejemplo, oír un trueno un domingo significaba que un sacerdote o erudito iba a morir. Si ocurría un lunes, una mujer moriría. Los miércoles y los jueves señalaban la muerte de mendigos y meretrices.

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Antigua Roma: brontomancia -

Si la tormenta ocurría un viernes, era un mal presagio para los generales y estatistas. Si tenía lugar un sábado, entonces significaba que se avecinaba una plaga o hambruna.

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Antigua Roma: ovomancia -

Los huevos son una herramienta de adivinación muy popular en varias culturas y lo mismo ocurría en la antigua Roma. Allí era habitual echar la clara en agua hirviendo y observar la forma que adquiría para predecir el futuro.

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Antigua Roma: ovomancia -

Si la clara formaba un círculo perfecto, entonces se celebraría una boda. Por el contrario, si la forma era irregular, se avecinaba peligro.

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Antigua Roma: ovomancia -

Los huevos también se utilizaban para predecir el sexo de los bebés. Cuenta la leyenda que la emperatriz Livia Drusila incubó uno entre sus senos hasta que el pollo rompió el cascarón. Este resultó ser macho y, casualidad o no, ella también tuvo un varón.

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Antigua Roma: catoptromancia -

La catoptromancia era un método de adivinación empleado en la antigua Roma que requería el uso de espejos. A los sacerdotes que lo practicaban se los conocía como specularii.

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Antigua Roma: catoptromancia -

Cuenta la leyenda que el emperador Didio Juliano (imagen) usó un espejo para predecir el resultado de una batalla. Un joven fue el encargado de observar el reflejo, en el que dijo ver el triunfo de Severo sobre Juliano, una predicción que resultó ser cierta.

Fuente: (History) 

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