El trabajo no remunerado es uno de los indicadores más claros de la desigualdad de género, ya que afecta al acceso de las mujeres a puestos de trabajo remunerados y a su independencia económica. En toda Europa, las mujeres dedican mucho más tiempo que los hombres a cocinar, limpiar y cuidar de los miembros de la familia. Un informe reciente de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) destaca la mayor cantidad de trabajo no remunerado que realizan las mujeres en comparación con los hombres, expresada en porcentajes. El desequilibrio varía considerablemente de un país a otro.
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