La realeza británica y las carreras de caballos van de la mano. De hecho, sin ellos no existiría la Royal Ascot. Otras de sus carreras favoritas son la Epsom Downs Racecourse o la Cheltenham Racecourse. Ya sea en el Reino Unido o en el extranjero, la Familia Real Británica siempre impresiona con su estilo y elegancia a los asistentes a las carreras, una escena que lleva repitiéndose desde hace décadas.
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