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Desequilibrio hormonal - La pérdida de peso extrema puede provocar cambios hormonales graves, que pueden afectar a cómo nos sentimos y tener un impacto negativo en nuestro cuerpo y mente.

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Metabolismo - La pérdida de peso rápida y extrema altera nuestro metabolismo. A menudo, nuestro índice metabólico disminuye, haciendo que algunos procesos, como el de pérdida de peso, se ralenticen.

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Piel flácida -

La piel de varias partes de nuestro cuerpo tienen la suficiente elasticidad como para volver a su sitio cuando bajamos de peso. Sin embargo, si perdemos mucho peso en un corto espacio de tiempo, el exceso de piel flácida resulta inevitable.

En muchos casos, la piel se queda flácida y no hay mucho que podamos hacer para remediarlo, excepto rellenarla con masa muscular. En muchos casos, la cirugía es la única opción.

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Estrías - Lo mismo ocurre con las estrías. Tenemos más probabilidades de que surjan si perdemos peso demasiado rápido. Por ello, se recomienda bajar de peso poco a poco. Además, las cremas nos ayudan a mantener la piel hidratada.

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Depresión - Muchas veces pensamos que si consiguiésemos tener nuestro peso ideal, estaríamos superfelices. Sin embargo, esto no siempre es así.

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Depresión - Un estudio ha demostrado que perder peso puede aumentar el riesgo de padecer depresión. Esto puede tener que ver con el hecho de que a menudo la gente tiene expectativas poco realistas y tienen que lidiar con la frustración y la decepción.

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Depresión - Llevar una dieta saludable y dormir el tiempo necesario es esencial para mantener la depresión a raya. Si sufrimos algún síntoma, debemos pedir ayuda.

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Perderás grasa de forma desigual - El peso se irá de nuestro cuerpo de forma desigual. Esto se debe a los diferentes tipos de células de grasa que tenemos en cada parte del organismo y a cómo estas responden a las señales hormonales.

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Perderás grasa de forma desigual - Por ejemplo, las células de grasa del abdomen tienen más receptores de cortisol. Es decir, estar estresados constantemente hace que nuestro cuerpo libere más cortisol y, como consecuencia, resulta más complicado perder grasa en esta zona.

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Puede afectar a tu período - La pérdida de peso puede hacer que perdamos el período. La restricción de hidratos de carbono afecta a una proteína llamada lectina. Como consecuencia, nuestro cuerpo puede entrar en "modo inanición" y desactivar nuestro ciclo menstrual.

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Puede afectar a tu período - Lo hace para evitar que nos quedemos embarazadas, ya que no sería saludable estar encinta en ese estado.

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Cálculos biliares - Si no comemos las grasas suficientes aumentará el riesgo de que desarrollemos cálculos biliares. Y pueden llegar a ser muy dolorosos.

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Cálculos biliares - Para evitar los cálculos biliares, asegúrate de ingerir suficientes grasas saludables. Así, tu vesícula funcionará mejor.

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Pérdida muscular - Algunas personas se centran en perder peso y no se dan cuenta de que no están perdiendo grasa, sino masa muscular. No es fácil, pero debemos evitar que esto ocurra.

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Pérdida muscular - Tener más musculatura te ayudará a quemar más calorías y, como consecuencia, perderás más peso. La única forma de minimizar la pérdida de masa muscular es consumir suficientes proteínas (20-30 gramos por comida) y hacer entrenamientos de fuerza.

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Puede perjudicar el sueño - Esto se debe más a la escasez de hidratos de carbono y el impacto que tiene en nuestras hormonas. Consumir hidratos por la noche puede ayudarte a dormir mejor.

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Tener siempre frío - Si pierdes mucho peso rápido, tal vez empieces a sentir frío con más frecuencia. Cuando nuestro metabolismo se ralentiza, indica a nuestro cuerpo que debe reservar calorías, las cuales se usarían de otra forma para mantener la temperatura corporal más alta.

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Tener siempre frío - Menos grasa significa menos aislamiento y protección del frío. Así que es normal que la gente con un menor porcentaje de grasa corporal sea más sensible a las temperaturas.

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Estancamiento - La pérdida de peso rápida y extrema puede provocar un estancamiento. Llegaremos a un punto donde no somos capaces de seguir bajando y tendremos que averiguar a qué se debe. Puede ser muy frustrante.

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Identidad -

Tal vez no te reconozcas en el espejo. Si ser grande era parte de tu identidad, puedes tener problemas para aceptar a tu nuevo 'yo'.

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Tus relaciones pueden verse perjudicadas - Un estudio ha descubierto que perder peso puede tener un impacto negativo en las relaciones románticas. Esto es especialmente notable en parejas donde solo una persona está en proceso de adelgazamiento.

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Apetito - Tu apetito puede variar, desde un hambre feroz hasta la completa pérdida del apetito. Esto se debe a que la pérdida de peso extrema altera los niveles de ghrelina (una hormona que aumenta el apetito) y de leptina (una hormona que lo disminuye).

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Tu gusto cambiará - El impacto hormonal de la pérdida de peso extrema afectará a la forma en como percibimos el sabor de los alimentos. Las papilas gustativas se volverán más sensibles y, entonces, la comida sabrá diferente.

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Antojos - Podemos sufrir antojos por algunos tipos de comida y, normalmente, son las menos saludables. Resulta abrumador porque después de comerlas solemos sentirnos culpables y decepcionados por haber caído en la tentación.

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Antojos - Una forma de evitarlos es comer alimentos que nos hagan sentir llenos durante más tiempo. Además, si siempre llevas una dieta sostenible y saludable, una bolsa de patatas o un poco de chocolate no te hará tanto daño como crees.

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Malhumorado y enojón - Muchas dietas limitan el consumo de carbohidratos, que juegan un papel muy importante en la regulación del humor. Es decir, las restricciones extremas de estos nutrientes pueden causar malhumor e irritabilidad.

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Trastorno dismórfico corporal (TDC) - Si pierdes peso de forma muy rápida, puedes desarrollar TDC y realmente creer que tu cuerpo no ha cambiado. Puedes continuar viéndote grande, incluso cuando hayas perdido ya mucho peso.

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No te pierdas - Para adelgazar de forma saludable, ¡ponte en forma en 30 días con estas rutinas de 7 minutos!

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