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Evita las distracciones -

Si quieres mantener una buena conversación, intenta que no haya distracciones a tu alrededor. Pon el teléfono en silencio, apaga la televisión y préstale toda tu atención a la otra persona.

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Evita las distracciones -

Aunque esto sea más difícil, evita también las distracciones mentales (es decir, soñar despierto o fijarte en los gestos de la otra persona).

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Mantén el contacto visual -

Intenta mantener el contacto visual durante la mayor parte de la conversación para que la otra persona vea que le estás prestando atención.

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Mantén el contacto visual - Si eres tímido o te cuesta mantener el contacto visual, céntrate en el espacio entre las cejas y la boca de la otra persona.

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Inclínate hacia la otra persona -

Si quieres mostrar interés en lo que la otra persona está diciendo, inclínate ligeramente hacia ella. Encorvarse hacia atrás puede transmitir justo lo contrario.

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Inclínate hacia la otra persona -

Asimismo, cruzar los brazos puede hacer que parezcas desinteresado o incluso hostil. Intenta corregir tu postura cuando hagas alguna de estas cosas.

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Sonríe -

Las sonrisas nunca están de más cuando se mantiene una conversación. Intenta mantener una expresión positiva para animar a que la otra persona se exprese libremente.

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Sonríe - Eso sí, ten en cuenta el tema de conversación. Si la otra persona te está contando algo triste, lo ideal es reflejar sus emociones y no sonreír de oreja a oreja.

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Asiente - Una forma de animar a la otra persona a hablar es asentir a lo que está diciendo. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con todo, pero servirá para demostrarle que entiendes lo que te está contando.

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Asiente - Asimismo, tener reacciones positivas de vez en cuando te ayudará a mantenerte centrado en la conversación y hará que la otra persona se sienta más a gusto.

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Usa afirmaciones verbales -

Además de asentir, hay ciertas cosas que puedes decir, como "Entiendo" o "Continúa", para animar a la otra persona y demostrarle que estás prestando atención.

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Usa afirmaciones verbales -

Si hay una pausa en la conversación, anima a la otra persona a seguir hablando con una breve frase positiva. Sin embargo, intenta no hablar por encima de ella o interrumpirla.

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No juzgues -

Por muy tentador que sea, es importante no juzgar a la otra persona. Intenta no dejarte llevar por tus prejuicios y mantén la mente abierta durante la conversación.

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No juzgues -

Si te resulta difícil o el tema es especialmente delicado para ti, intenta ponerte en el lugar de la otra persona. Hasta que no dejes a un lado tus prejuicios, no podrás practicar la escucha activa.

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No te adelantes -

Cuando se tienen conversaciones serias, muchos pecamos de planear nuestras siguientes palabras. Esto nos impide escuchar activamente a la otra persona.

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No te adelantes -

En lugar de pensar en tu parte de la conversación, deja a un lado esos pensamientos mientras la otra persona está hablando y espera a que sea tu turno.

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No interrumpas -

Aunque sea obvio, nunca está de más recordar que no debes interrumpir a la otra persona. Por muy tentador que sea hacer comentarios de vez en cuando, corres el riesgo de parecer maleducado.

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No interrumpas -

Si la otra persona hace una pausa para poner en orden sus ideas, no la interrumpas. Asimismo, intenta no meterle prisa y deja que se recree en los pequeños detalles si quiere.

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Haz preguntas -

Una gran forma de practicar la escucha activa es hacer preguntas abiertas. La otra persona verá que le estás prestando atención y le animarás a seguir hablando.

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Haz preguntas -

Algunos ejemplos podrían ser "¿A qué te refieres con eso?" o "¿Qué otras posibilidades habría?".

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Parafrasea -

Otra buena manera de escuchar activamente y comprobar si has entendido bien lo que la otra persona ha dicho es parafrasearla con tus propias palabras.

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Parafrasea -

Si no has entendido algo, la otra persona podrá corregirte en ese mismo momento. Así ambos os aseguraréis de que no haya malentendidos.

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Muestra empatía -

Hablar de temas incómodos puede ser difícil, por lo que es importante que hagas que la otra persona se sienta segura y comprendida.

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Muestra empatía -

No necesariamente tienes que estar de acuerdo con todo lo que diga, pero hazle saber que le estás escuchando. Prueba a decir frases como "Entiendo perfectamente que esta situación te resulte frustrante".

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No des consejos -

Cuando hablamos de temas complicados, muchas veces no buscamos consejo, sino que nos escuchen.

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No des consejos -

Si sientes que la otra persona quiere saber tu opinión, asegúrate de entender antes su perspectiva y pregúntale si de verdad busca consejo.

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Mantente concentrado - Si te cuesta mucho escuchar activamente a la otra persona, no temas. Hay un truco muy sencillo que te ayudará a no perder el hilo y que hará que la otra persona se sienta escuchada.

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Mantente concentrado -

Intenta repetir todo lo que la otra persona dice (o al menos las partes más importantes) en tu cabeza. De esta forma, nunca perderás el hilo.

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Practica -

Como con todo en la vida, la práctica hace al maestro. A muchos de nosotros no se nos da tan bien escuchar como creemos, pero siempre hay margen para mejorar.

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Practica -

La próxima vez que tengas una conversación con alguien, pon en práctica estas técnicas. ¡Todo irá sobre ruedas!

Fuentes: (WikiHow) (British Heart Foundation)

Ver también: Padres e hijos adultos: ¿cómo mejorar la relación entre ambos?

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