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Cómo reconocerlos -

Puede que de primeras cueste reconocerlos, pero al final siempre salen a la luz. Sobre todo si te hacen sentir estresado, cansado, enfadado o apático.

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Al principio -

Al principio pueden parecer personas superamigables (a veces incluso demasiado), lo que hace que quieras ser su amigo. Casi todos los vampiros energéticos entablan sus relaciones de la misma manera.

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Características comunes -

Un vampiro energético es alguien que siempre requiere atención y no es consciente de cómo sus exigencias pueden contribuir a los problemas interpersonales.

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Características comunes -

Entre los muchos rasgos de los vampiros energéticos, hablar más de ellos que de ti o cualquier otra persona es uno de los más comunes.

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Tipos de personalidad -

Los vampiros energéticos no tienen una sola personalidad común, pero sí comparten varias características. Por ejemplo, suelen ser personas que desarrollaron un apego inseguro, evitativo o ansioso durante la infancia. Los trastornos de la personalidad también pueden influir.

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Suelen ser personas celosas -

El pesimismo y los celos son dos características que no siempre resultan evidentes al principio, sobre todo cuando están siendo amables delante de ti.

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Se aprovechan de tu buena disposición -

Si se te da bien escuchar y eres una persona amable, los vampiros energéticos suelen aprovecharse de estas cualidades para usarlas en tu contra. Esto, con el tiempo, hace que vayas perdiendo vitalidad.

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Se comportan como mártires -

Los vampiros energéticos proyectan sus problemas en las otras personas, lo que hace que nunca se responsabilicen de su parte de culpa cuando tienen problemas (los cuales muchas veces crean ellos mismos).

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Explotan la culpabilidad y los ultimátums -

Los vampiros energéticos suelen recurrir a la culpabilidad cuando quieren conseguir algo y no se avergüenzan en absoluto de aprovecharse de la naturaleza compasiva y bondadosa de la gente.

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Son codependientes -

La codependencia, en cualquier relación, está diseñada para despertar una cierta reacción en la otra persona. Es un círculo vicioso en el que los vampiros energéticos rara vez se dan cuenta de que están.

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Acosan y critican -

En el fondo, los vampiros energéticos son gente insegura. Para compensar sus carencias, recurren a la crítica y la deshumanización para que los demás se sientan igual que ellos.

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Siempre te hacen de menos -

A un vampiro energético no le gusta nada ser un segundón, por lo que no soportan no ser el centro de atención. Esta es una de sus muchas tendencias narcisistas.

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Son intimidantes -

La intimidación se asemeja mucho al acoso y es una herramienta que los vampiros energéticos emplean cuando quieren meter cizaña. También es una de las formas que tienen de regar la plantita de su ego.

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Sus problemas siempre son más importantes que los tuyos -

Los vampiros energéticos, como su propio nombre indica, se alimentan de la energía emocional de los demás. Si estás triste o enfadado, desviarán la atención hacia sí mismos.

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Siempre tienen problemas -

Los vampiros energéticos siempre tienen algún tipo de problema y, una vez te hayan atrapado en su red, esperarán que seas tú quien se lo resuelva.

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No asumen ninguna responsabilidad -

Nunca aceptan su parte de culpa en un problema o discusión. Suelen hacer que te sientas culpable y que seas tú quien reconozca el error, aunque no seas el responsable.

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¿Cómo se comportan en grupo? -

Cuando un vampiro energético se une a un grupo de personas, todos se callan de repente. Básicamente, acaban con el buen rollo haciendo sentir mal a los demás y hablando por encima de ellos.

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Cómo evitar que te succionen la energía -

No obstante, hay formas de lidiar con los vampiros energéticos y evitar que te drenen la vitalidad. Sigue leyendo para descubrirlas.

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Comunicación asertiva -

Comunícate con ellos de forma directa y asertiva. Por ejemplo, diciendo cosas como "volvamos al asunto que te comentaba para que no se nos pase por alto" de forma respetuosa para evitar que se apoderen de la conversación.

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Pedir que respeten tu espacio -

Si no puedes evitar a la persona, pídele que respete tu espacio. Sé amable, pero claro.

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Aprender a decir que no -

Si tiendes a querer complacer a los demás, puede que te cueste decir que no. Puede que un vampiro energético intente aprovecharse de esto para hacer que te sientas culpable, pero eso también te sirve como recordatorio de por qué le habías dicho que no en primer lugar.

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Respirar hondo -

Si te sientes estresado, respirar hondo es una forma estupenda de volver a enfocarte en ti mismo. Céntrate en tu respiración y repítete que eres consciente de lo que está pasando. De esa forma, conseguirás librarte de la tensión que te ha generado el vampiro.

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Poner límites -

Poner límites es otra forma de protegerte a ti mismo. No vayas a encuentros sociales con esa persona y limita los momentos que pases a solas con ella.

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Cambiar tus expectativas -

Si no puedes cambiar a un vampiro energético, al menos intenta ajustar tus expectativas. Por ejemplo, no ofreciéndole consejo cuando venga a contarte sus problemas.

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Cuidar de tu capacidad emocional -

Los vampiros energéticos utilizan señales no verbales para saber si alguien ha caído en su red. Guarda tu energía ofreciéndoles respuestas cortas y neutras.

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No ceder ni un poco -

Si un vampiro energético te llama, te envía un mensaje o se pasa por tu casa, no le des la oportunidad de succionarte la vitalidad. Usa una excusa y verás cómo recurre a otra persona para cubrir sus necesidades emocionales.

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Usar tu energía -

Crea una reserva de tu propia energía a la que poder recurrir cuando estés en presencia de esa persona. Visualiza un halo de luz blanca que te rodea y te protege de ella.

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Dar un paso atrás -

No tengas miedo de distanciarte para pensar en qué tipo de personas te perjudican. A veces, esto es lo mejor que puedes hacer por tu salud mental.

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Poner punto final a la relación -

En la mayoría de casos, puedes echar a esta persona de tu vida. Aunque parezca una solución extremista, recuerda que lo importante es preservar tu bienestar y salud mental.

Fuentes: (CNN) (Oprah) (Healthline) (Psych Central)

Ver también: Siete señales de que tienes una relación sana

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