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Mochila pesada - ¿Llevabas una mochila demasiado pesada cuando eras niño? Esa puede ser la razón de que hoy tengas dolor de espalda. Según un estudio de 2004, los adultos que padecen dolor de espalda crónico ya se quejaban del dolor o del peso de las mochilas cuando eran pequeños.

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Dormir con la luz encendida - Algunos niños tienen miedo a la oscuridad y prefieren dormir con la luz del dormitorio encendida. Según un estudio de 2018, si siguen haciéndolo en su vida adulta, podrían estar expuestos a un mayor riesgo de depresión.

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Hurgar en la nariz - En 2006, unos investigadores publicaron un estudio tras realizar pruebas a 324 personas. Descubrieron que las personas que se hurgan la nariz tienen un 51% más de probabilidades de ser portadoras de la bacteria S. aureus, que suele residir en la cavidad nasal.

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Ver demasiada televisión - Un estudio publicado en la revista Cerebral Cortex reveló que los niños que veían demasiada televisión tenían un coeficiente intelectual verbal más bajo. Otro estudio descubrió que los niños que pasan demasiado tiempo delante de la pantalla podrían tener problemas de atención en la adolescencia.

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Beber demasiadas bebidas azucaradas - Beber demasiados zumos de frutas u otras bebidas azucaradas puede provocar una mala salud bucodental y un aumento de peso.

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Chuparte el dedo - Cuanto más mayor te haces, más se te quita el hábito de chuparte el dedo, pero puede dejar algunos efectos secundarios a largo plazo. Este mal hábito puede afectar a la alineación de los dientes o incluso repercutir en el paladar.

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Morderte las uñas - Este hábito puede ser difícil de abandonar para muchos niños e incluso adultos. Morderse las uñas puede dañar los dientes, dañar el tejido que hace crecer las uñas o provocar una infección en la piel que las rodea.

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Sedentarismo - Ser demasiado sedentario de niño puede afectar a la vida adulta. Los niños que tienen un nivel de actividad saludable tienen más probabilidades de tener un nivel de actividad saludable cuando crezcan.

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Sufrir bullying - Aunque si eres la víctima no es exactamente un hábito, según una investigación de 2013, sufrir bullying en la infancia puede pasar factura a tu salud mental de adulto.

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Hacer las tareas del hogar - Si te educaron para hacer tareas domésticas, probablemente pensabas que era lo más molesto del mundo. Sin embargo, según Julie Lythcott-Haims, autora del libro "How to Raise an Adult", los niños educados para hacer tareas domésticas tienen más probabilidades de convertirse en adultos independientes, empáticos y colaboradores.

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Aguantar la respiración - Un niño que aguanta la respiración con regularidad cuando está frustrado o enfadado puede sufrir desmayos, paradas cardiacas u otros problemas de salud a largo plazo.

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Usar demasiado el chupete - Los niños que usan chupete durante mucho tiempo suelen tener problemas dentales. También pueden aparecer problemas adicionales en el desarrollo del habla o del lenguaje.

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Morder o chupar juguetes - Algunos juguetes pueden contener plomo y eso puede ser perjudicial a corto y largo plazo para el niño.

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No usar protector solar - Una exposición excesiva al sol durante la infancia puede tener graves consecuencias y aumenta el riesgo de carcinoma de células escamosas (CCE) y carcinoma de células basales (CCB), ambos cánceres de piel.

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No aprender a cocinar - Los padres que no enseñan a sus hijos a cocinar ni siquiera recetas básicas no les están haciendo un favor. Esto a menudo llevará al niño a depender de la comida rápida o a comer fuera con frecuencia en su vida adulta.

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Tener sobrepeso - Los niños con sobrepeso tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. El riesgo de desarrollar afecciones como cardiopatías, hipertensión y diabetes de tipo 2 es mucho mayor.

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Intentar ser guay - Un estudio publicado en la revista Child Development descubrió que los adolescentes que se esforzaban demasiado por hacerse los guays tenían más probabilidades de tener problemas con el alcohol y las drogas en su vida adulta.

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Mala higiene bucodental - Un estudio de 2011 publicado en el Journal of Dental Research afirma que la salud bucodental materna influye en la de los hijos. Si una madre tiene una higiene bucal deficiente, es más probable que sus hijos sigan sus pasos.

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Tragarse la pasta de dientes - No es raro que los niños se traguen la pasta de dientes. Esto puede causar dolor de estómago a corto plazo, pero una cantidad excesiva de pasta de dientes fluorada puede causar problemas graves y reducir la cantidad de magnesio y calcio en el cuerpo.

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No dormir suficiente - La falta de sueño puede afectar a la salud de los niños. Un estudio de 2016 demostró que podría tener un impacto crucial en su vida posterior y que son más propensos a sufrir depresión y ansiedad.

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Jugar en patios expuestos a mucha contaminación - Según la Asociación Americana del Pulmón, los niños expuestos a aire contaminado corren un mayor riesgo de sufrir un retraso del crecimiento.

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Crecer con padres fumadores - Un estudio de 2005 concluyó que los hijos de padres fumadores tenían el doble de probabilidades de imitar el mal hábito y empezar a fumar entre los 13 y los 21 años.

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Morder la tapa del boli - Morder las tapas de los bolígrafos puede ser una forma de autorregulación, pero también se produce por una sensación de ansiedad o estrés. Al igual que chuparse el dedo, masticar estas cosas también puede dañar los dientes.

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Pasar demasiado tiempo en las redes sociales - El uso excesivo de las redes sociales puede tener un efecto perjudicial en la salud mental, ya que disminuye la confianza en uno mismo y provoca infelicidad.

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Marcadores olfativos - Todos los niños han olisqueado rotuladores al menos una vez, pero en realidad es un asunto bastante serio. Los peligros de inhalar los químicos de los marcadores incluyen la posibilidad de desarrollar complicaciones cardíacas y perder neuronas.

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Comer "demasiado saludable" - Los padres que tienen una obsesión por regular la comida y criticar los hábitos alimentarios pueden influir indirectamente en que sus hijos tengan una mala relación con la comida.

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Estrés crónico -

La adversidad en la primera infancia y el estrés tóxico pueden provocar graves problemas de salud, como cardiopatías, cáncer, alcoholismo, depresión y otras enfermedades crónicas.

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