© Shutterstock

Dopamina -

La dopamina es un neurotransmisor químico del cerebro que nos indica cuándo sentimos placer como resultado de una conducta o actividad placentera.

© Shutterstock

Dopamina -

Estamos programados para disfrutar de ciertos comportamientos esenciales para la supervivencia, como comer y procrear.

© Shutterstock

Dopamina - La dopamina forma parte de un sistema de recompensa en el cerebro que nos anima a continuar con estas actividades placenteras que nos ayudan a sobrevivir. Por desgracia, este sistema de recompensa también puede activarse mediante estímulos más destructivos.

© Shutterstock

Drogas y alcohol - Las drogas y el alcohol liberan un subidón de dopamina entre cinco y diez veces superior al nivel normal. Estamos condicionados a buscar de nuevo ese subidón de dopamina, lo que nos mete en el camino de la adicción.

© iStock

Adicción - La dopamina en sí no es adictiva, pero hace que nos centremos en la experiencia que nos causó el subidón de placer y nos deja recuerdos intensos.

© Shutterstock

Adicción -

La mayoría de las drogas atacan este sistema de recompensa del cerebro. Provocan un subidón de placer insostenible que hace que los consumidores vuelvan a por más.

© Getty Images

Adicción -

Cuando el cerebro se ve desbordado por esta avalancha, reacciona produciendo niveles más bajos de dopamina. Esto significa que el consumidor de drogas necesita cada vez más para sentir la misma reacción.

© Shutterstock

Niveles bajos de dopamina - Algunas personas tienen por naturaleza niveles más bajos de dopamina. Esta deficiencia química las hace más propensas a desarrollar una adicción.

© iStock

Niveles bajos de dopamina -

Las personas con déficit de dopamina pueden buscar actividades perjudiciales que liberen más cantidad de esta sustancia química para sentirse bien, como el abuso de drogas o alcohol.

© Shutterstock

Alcohol -

El alcohol es tan adictivo y peligroso como la mayoría de las drogas ilegales.

© Shutterstock 

Alcohol -

Es probable que si el alcohol se inventara en los tiempos modernos se prohibiera, al igual que otras drogas nocivas. Sin embargo, se ha convertido en una norma social porque se ha consumido durante muchas generaciones y la mayoría de las culturas lo aceptan.

© Shutterstock

Alcohol - Las investigaciones demuestran que algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar una adicción al alcohol en función del modo en que responde su sistema de recompensa cuando beben.

© iStock

Alcohol - Ciertos individuos liberan una cantidad inusualmente grande de dopamina cuando beben alcohol en comparación con la mayoría de las personas.

© Shutterstock

Juego -

Por desgracia, podemos ser adictos a algo más que a sustancias químicas. El juego es una de las adicciones conductuales más antiguas.

© Shutterstock

Juego - A diferencia del consumo de drogas y alcohol, no se ingiere ninguna sustancia. Sin embargo, la respuesta del cerebro al juego es la misma que la de las drogas o el alcohol.

© iStock

Juego - La emoción que se experimenta al jugar activa el sistema de recompensa del cerebro. Al igual que ocurre con el alcohol, algunas personas tienen reacciones más fuertes que otras y, por tanto, son más propensas a desarrollar una adicción.

© Shutterstock

Juego -

La adicción al juego también tiene la misma capacidad de cambiar el cerebro, haciendo que reduzca la producción de dopamina.

© iStock

Juego - Esto significa que tanto las adicciones a sustancias como las adicciones conductuales (como el juego) pueden conducir a la degradación de los receptores cerebrales, lo que está relacionado con la enfermedad de Parkinson.

© iStock

Adicciones conductuales - Entonces, si podemos volvernos adictos al juego, ¿a qué otras actividades podríamos ser adictos?

© Shutterstock

Jugar a videojuegos -

La adicción a los videojuegos es la segunda adicción conductual que figura en la lista de la OMS, después del juego.

© Shutterstock

Jugar a videojuegos -

Puede provocar las mismas alteraciones de la química cerebral del usuario y provoca síndrome de abstinencia cuando la persona adicta no puede jugar.

© Reuters

Adicciones modernas -

Muchos científicos consideran que la disponibilidad está en la raíz de la adicción moderna. Por ejemplo, los humanos primitivos necesitaban encontrar azúcar para sobrevivir.

© Shutterstock

Adicciones modernas - Hoy en día, tenemos el mismo sistema de recompensa en el cerebro que nos anima a buscar azúcar, pero está fácilmente disponible en formas altamente concentradas como el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa.

© Shutterstock

Tecnología -

Las empresas tecnológicas conocen bien el sistema de recompensas y lo utilizan para asegurarse de que seguimos utilizando sus productos.

© Shutterstock

Tecnología - Las interacciones sociales positivas activan el sistema de recompensa en el cerebro, ya que la comunidad era esencial para nuestra supervivencia en tiempos prehistóricos.

© iStock

Tecnología -

Reconocemos las interacciones positivas a través de caras sonrientes, risas y comentarios de apoyo de nuestro círculo social.

© Shutterstock

Tecnología - Empresas como Facebook han reproducido estas reacciones a través de los emojis y los "me gusta". Las investigaciones demuestran que provocan una reacción similar en el cerebro.

© Shutterstock

Tecnología -

Las empresas de redes sociales ganan dinero con la publicidad, así que su objetivo es incitarnos a pasar el mayor tiempo posible en su plataforma viendo anuncios. Las notificaciones son una forma de mantenerte conectado.

© Shutterstock

Tecnología -

Las aplicaciones como Instagram a veces acumulan "likes" para poder informarte de un mayor número de "me gustas" en una sola notificación. Esto provocará un subidón de dopamina aún mayor en el usuario, fomentando una dependencia similar a la adicción.

© Shutterstock

Rehabilitación - La primera clínica pública de rehabilitación del Reino Unido para la adicción a Internet abrió en 2019. Las clínicas de adicción a la tecnología llevan años funcionando en India, Corea del Sur, China, Taiwán y Singapur.

© iStock

Rehabilitación -

Los países de la región Asia-Pacífico están a la cabeza del mundo en el tratamiento de la adicción a los smartphones y las redes sociales. Esta parte del mundo tiene el mayor nivel de usuarios de smartphones.

© Getty Images

Progreso -

Aunque cada vez conocemos mejor el fenómeno de la adicción y somos más conscientes de los riesgos que conlleva, lo cierto es que todos estamos constantemente expuestos a estímulos adictivos. Cuestiona tus hábitos, tómate tiempo para desconectar y cuídate.

No te pierdas: ¿Cómo funcionaba el mundo antes de tener Internet?

© Shutterstock